ata y Lua son dos amigas desde la panza, ya que sus madres compartieron la experiencia de su primer embarazo, naciendo con apenas 20 días de diferencia entre una y otra.
Siguiendo el camino de sus progenitores, a sus tempranos 5 años ya se aventuran a dar sus primeros pasos en el terreno vertical, siempre bajo el conocimiento y la supervisión, y las medidas de seguridad correspondientes.
La escalada en Tierra del Fuego crece, y las futuras promesas también.