Desmienten al capellán por la rotura de un vidrio de la iglesia
EL 29 DE ENERO DE 1914

Desmienten al capellán por la rotura de un vidrio de la iglesia

29/01/2019
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n una nota informativa, fechada este día, dirigida al jefe de la Policía del Territorio de Tierra del Fuego, comisario Rubén de la Colina, el agente Julio Pino relata la investigación que llevó a cabo a raíz de la denuncia formulada por un sacerdote, en relación a la rotura de un vidrio de la iglesia de Ushuaia, quien acusó a un grupo de muchachos que jugaban por los alrededores del edificio parroquial como los probables autores del hecho.
La reseña del agente comienza con el registro dejado por la denuncia del cura: “hoy a las 9,40 se presentó a esta Comisaría ante el que suscribe, el Capellán de la Gobernación padre José Boldo y expuso lo siguiente: que siendo las 5.30 p.m. notó que estaba roto un vidrio de la esfera del reloj de la iglesia que mira al sud, suponiendo haya sido fracturado con una piedra que encontró próxima, y sospecha fuera arrojada con honda por algún muchacho, pues asevera haber visto a unos chicos esta tarde entretenidos en ese ejercicio en sus inmediaciones” (Arnoldo Canclini. Documentos de archivos policiales. Ushuaia 1884 -1984).
A partir de la acusación del capellán, el policía Pino se propuso avanzar en la averiguación de lo ocurrido para intentar esclarecer el hecho. El primer paso que dio fue la indagación de un posible testigo: “Preguntado el gendarme de facción Antonio Barago manifestó no haber notado que ningún muchacho estuviera tirando piedras”. Además de contradecir a Boldo el gendarme aportó su opinión: al considerar “inverosímil que un chico acierte a arrojarla aún con honda, dicha piedra a tanta altura y de las averiguaciones practicadas nada induce a creer tal suposición”.
Descartada la versión dada por Boldo, el gendarme Barago avanza sobre una hipótesis contrapuesta con la dada por el religioso, al aportar un hecho todavía no tomado en consideración: “creo muy probable que dicho vidrio se haya roto a causa de habérsele caído hoy la campana que pesa como cincuenta kilos, y que según manifiesta el mismo Padre ha estado a punto de romper la máquina del reloj; lo cual atribuye a un milagro de la virgen, siendo de advertir que no ha caído en cuenta que es la explicación más racional del caso” (op.cit.).      
La información al jefe policial aparentemente concluyó en esa instancia, sin que se pueda adjudicar a una acción humana el destrozo sufrido por el cristal de la iglesia.

Autor : Bernardo Veksler
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