ste día, el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín da a conocer la sentencia del juicio llevado a cabo contra once militares imputados por el secuestro y desaparición de 23 personas, entre las cuales había siete mujeres embarazadas. Una de las víctimas fue el adolescente Gustavo Alejandro Cabezas, cuyos padres pertenecían a una antigua familia fueguina.
El tribunal condenó a prisión perpetua a cinco de los once imputados, entre los cuales estaban “Santiago Omar Riveros, el señor todopoderoso de los crímenes de Campo de Mayo, y Reynaldo Bignone”. Oscar Corrado, director de la Escuela de Comunicaciones del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, y el coronel retirado Carlos Tomás Macedra fueron condenados a prisión perpetua por el secuestro y desaparición de Cabezas y el homicidio de Kitty Villagra, su compañera de volanteada asesinada en el momento de la captura, el 10 de mayo de 1976 (Alejandra Dandán. Página 12, 13/3/2013).
Cabezas tenía 17 años y era militante de la Unión de Estudiantes Secundarios. Los jóvenes fueron interceptados por una camioneta militar cuando repartían volantes en la plaza 9 de Julio, en la localidad bonaerense de Martínez. Kitty asustada, comenzó a correr y Macedra le disparó. A Cabezas le pegó un culatazo en la cabeza. Después ordenó a los soldados que subieran a los chicos a una camioneta, para sumarlos al siniestro dispositivo de aniquilamiento.
El caso adquirió trascendencia por la incansable búsqueda realizada por su madre, Thelma Dorothy Jara de Cabezas, quien se ubicó en la primera línea de los reclamos en Plaza de Mayo y se integró a la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas.
Ella también fue secuestrada, el 30 de abril de 1979, mientras cuidaba a su esposo (Vicente Cabezas) afectado de un cáncer terminal. Su destino fue la ESMA, donde fue torturada y obligada a dar entrevistas complacientes a algunos periodistas.
Daniel Cabezas, hermano de Gustavo, desde su exilio en México, realizó intensas gestiones para saber lo ocurrido con su madre y hermano. En respuesta a su desesperada búsqueda, Julio Cortázar publicó una columna en el diario español “El País”, reclamando por ambos desaparecidos.
Gustavo Alejandro Cabezas había nacido el 16 de febrero de 1959, en Carapachay, unos meses después del traslado de su familia desde Ushuaia.
