Puerto Stanley es “una pequeña ciudad de madera y chapa”
EL 13 DE MAYO 1962

Puerto Stanley es “una pequeña ciudad de madera y chapa”

13/05/2019
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ste día, el diario “La Nación” publica la crónica de Federico Mirre sobre su visita a las Malvinas, titulada “Viaje a la patria olvidada”.
En Montevideo abordó el “Darwin”, único medio de transporte posible para arribar al archipiélago. La nave “acomoda a 36 pasajeros con generoso confort”, para afrontar un viaje de cuatro días.
En Stanley se encontraron con una edificación uniforme y colorida. Uno de los viajeros la definió como “una pequeña ciudad de madera y chapa”. Las “calles, recién pavimentadas, están bien iluminadas y por ellas circulan unos doscientos vehículos, entre autos y motocicletas”. Los edificios que sobresalen son la catedral anglicana, el palacio municipal y la residencia del gobernador. También, el de la Falkland Islands Company (FIC), “poderosa compañía que influye en las decisiones del Gobierno y que constituye un monopolio que controla la economía de las islas porque es dueña de la mitad del territorio y de las ovejas, y, además, de los dos negocios principales de ramos generales en Stanley, del “Darwin” y de la fábrica de bebidas gaseosas y “Ginger Ale” (única industria de las islas). Completa el panorama de su poderío la mención de dos o tres actividades no tan subsidiarias: peluquería de damas, banco y agencia de viajes”.
La población se divide “en dos sectores bien definidos: los nativos de las islas” y “los británicos, que son los funcionarios de la administración, maestros, operadores de radio y altos empleados de la FIC, todos ellos venidos a las Malvinas bajo contrato por tiempo determinado”.
Los kelpers no ocupan ningún cargo importante, con excepción del de cabo de policía (…) sólo los británicos pueden acceder a los puestos mejor remunerados”.
Mirre visitó Puerto Luis, donde “unas construcciones señalan el lugar que fuera el teatro de los acontecimientos que en 1833 marcaron el fin del dominio efectivo de las islas por el gobierno nacional”.
Goose Green es la segunda localidad de importancia con un centenar de habitantes, los restantes sólo son cascos de estancias. En Hill Cove se encuentra el único bosque de las islas, “que creció gracias al cuidado de los pobladores y a la especial ubicación del archipiélago”
El cronista, al despedirse de las islas, experimentó “el dolor de la separación de algo que me pertenecía y que, sin embargo, se me negaba como propio. Y la esperanza de que el tiempo me lo devolviera legítimamente”.

Autor : Bernardo Veksler
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