n día te convierten Puerto Williams en ciudad, otro te abren el camino de Yendegaia o te pavimentan completa la ruta hasta Bahía Azul. En realidad no es en un día. Es en un cúmulo de pequeños pasos. Como ahora, que sumaron otra empresa para duplicar el servicio de barcazas desde y hacia el continente. Verlo todo junto, mientras de este lado no podemos ponernos de acuerdo en casi nada, no puede más que producir una sana envidia.