Piedra Buena patrocina la exploración del oeste santacruceño
EL 15 DE OCTUBRE DE 1867

Piedra Buena patrocina la exploración del oeste santacruceño

15/10/2019
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ste día, parte de la isla Pavón, una expedición, patrocinada por Luis Piedra Buena, cuyo fin era reconocer el oeste santacruceño, siguiendo el curso del río Santa Cruz. Además, se proponían el descubrimiento de alguna eventual salida hacia el Pacífico, evaluar las posibilidades de colonizar la zona y detectar la posible existencia de oro.
El grupo estaba compuesto por J. Mc Dugall, el jefe expedicionario, J. H. Gardiner, J. Hansen y M. Peterson. “El primer día caminamos como 15 millas”, y nos “alojamos a la orilla del río, habiendo sido un campamento de indios, lo encontramos muy conveniente”. (Del Diario de la Expedición, escrito por J. H. Gardiner. Publicado en A Piedra Buena en el centenario de su muerte).
El segundo día encontraron restos de “madera petrificada en gran cantidad” y “también algunos cuarzos con alguna porción de mineral”. Pero la tierra no parecía apta para cultivos.
El trato entre los cuatro hombres era cordial, pero se hacía evidente el mal carácter de Mc Dugall, “apenas cambiaba algunas palabras con alguno de nosotros”    
El cuarto día de marcha, el jefe comenzó a manifestar su mal genio, a raíz de la pérdida de una barreta y como consecuencia de ello el equino “carguero” del jefe “se asustó y dejó caer toda la carga, pero la pérdida no fue más que de media bolsa de fariña que se derramó por el suelo”. Esta situación lo puso de muy mal humor y sorpresivamente anunció que abandonaba la misión y regresaba a Pavón. Ante la deserción, Gardiner decidió asumir la responsabilidad y continuar con el objetivo fijado por Piedra Buena.
En el diario de Gardiner se dejó constancia de la abundancia de alimentos disponibles sobre todo de huevos y pumas, que fueron cazados y consumidos, apreciando el buen sabor de su carne. Más hacia la cordillera era notable la gran cantidad de guanacos y ñandúes. A pesar de la presencia “insufrible” de mosquitos, la pesca en el río Santa Cruz era abundante. “Este es un lugar lindo para la pesca de truchas, pues en cinco minutos se pueden agarrar con el anzuelo tantas como se pueden comer en cuatro comidas”.
Luego de 23 días de marcha arribaron a una laguna que consideraron que debía tener salida al Pacífico o al menos “se podría hacer un canal con muy poco trabajo”.
La expedición duró 33 días de ida y 16 jornadas de regreso. Fue uno de los primeros intentos por conocer el oeste santacruceño.

Autor : Bernardo Veksler
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