Incendio destruye por completo la primera misión salesiana
EL 12 DE DICIEMBRE DE 1896

Incendio destruye por completo la primera misión salesiana

12/12/2019
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odo transcurría normal y felizmente, cuando el 12 de diciembre de 1896 se declaró imprevistamente un incendio de tal magnitud, que en menos de una hora redujo el agotador empeño de varios años a un estado de escombros (…) a la una y media de la tarde, no se sabe cómo, tomó fuego la casa de las Hijas de María Auxiliadora y en menos de una hora todo el vasto edificio de madera destinado a las hermanas y a las indias, la iglesia, la casa de los salesianos y el hospicio de los niños, quedaron reducidos a cenizas", informó, desde la misión, el salesiano Fortunato Griffa a su superior Maggiorino Borgatello, tres días después.
La sede salesiana estuvo ubicada a la vera del río Grande. En primer lugar se habían asentado en un sitio denominado Barrancos Negros. Poco después, decidieron mudar las instalaciones hacia una zona próxima al actual autódromo de Río Grande, que fueron las destruidas por el fatal incendio.  
El texto de Griffa, registrado en las Crónicas Salesianas, continuó el dramático relato: "El momento era tan terrible como para perder la cabeza. Se agotaron todos los medios imaginables para extinguir el fuego y aún los nativos dieron muestras de gran actividad empeñándose en el transporte de objetos y muebles; de suerte que pudieron arrancarse de las llamas diversos enseres de primera necesidad”.
Una vez apagada las llamas, los salesianos se encontraron con un panorama desolador: “Y henos aquí, ahora, de nuevo en el desierto, sin casa y sin medios de subsistencia, rodeados de una turba de indios famélicos que nos piden pan y vestimentas -pan material y pan espiritual- al que nosotros no nos es dado acudir. Es ciertamente desgarradora nuestra situación, si se piensa que ya teníamos 165 indios, sin contar los nómades de siempre (…) ¿Qué hacer? ¿Deberemos abandonarlos ahora que tanto han progresado en el estudio de la religión y de la civilidad? ¿Deberemos retirarnos de esta Misión, que tanto promete así para la iglesia como para la civilización de los nativos y el bienestar de la sociedad? Nunca!!! La Providencia vendrá en nuestra ayuda".
Después del siniestro, los salesianos decidieron encontrar una ubicación más segura y protegida. El sitio elegido estuvo en las proximidades del cabo Domingo, donde se mantiene hasta la actualidad, convirtiéndose en un centro productivo y educativo con un notable atractivo turístico.

Autor : Bernardo Veksler
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