Comienza una huelga que erige un poder obrero en Georgias
EL 3 DE ENERO DE 1920

Comienza una huelga que erige un poder obrero en Georgias

03/01/2020
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lrededor de esta fecha, “un grupo de treinta y seis trabajadores contratados en Buenos Aires organizó una huelga en la que se sumaron los doscientos trabajadores del lugar, salvo a tres que se los consideró expulsar de la isla. Los huelguistas amenazaron con atacar a las autoridades británicas y declarándose bolcheviques intentaron instaurar un gobierno siguiendo el modelo soviético bajo ideales marxistas además de plantearse como objetivo la organización de todos los trabajadores balleneros del mundo” (Pablo Fontana. La pugna antártica).
Estos sucesos tuvieron como epicentro a Grytviken, en la isla San Pedro de las Georgias del Sur.
El poder de estos obreros rebeldes perduró pocos días. “Los revolucionarios lograron hacerse del poder en la isla pero el 17 de enero el crucero británico ‘HMS Dartmouth’ arribó a Grytviken comandado por el capitán H.W.W. Hope y envió a un grupo de marinos armados (…) que reprimió y desarmó a los trabajadores. Los líderes de esta pequeña revolución comunista fueron deportados el día 21 en dos arponeros a territorio continental argentino” (op.cit.).
En 1904, la Compañía Argentina de Pesca (CAP) -una sociedad entre la empresa argentina de Ernesto Tornquist y capitales noruegos- se había instalado en Grytviken con dos veleros, a los que posteriormente sumó una veintena de barcos. Ese año pudieron capturar 195 cetáceos. Pero, en algunas temporadas se llegó a procesar hasta 95 mil ballenas.
Hubo varios centros productivos: Grytviken fue el primero y permaneció activo hasta 1965, Leith operó entre 1909 y 1933; Prince Olav (1916 -1934), Stromness (1912 -1931), Nueva Fortuna (1909 -1920) y Godthul (1908 -1929)
La gran mayoría de los balleneros eran noruegos. La población oscilaba entre un millar de habitantes en el verano (llegando a cerca de dos mil en ciertas temporadas) y unos doscientos en invierno. Predominaron los nórdicos pero también se sumaron argentinos, chilenos y uruguayos.
La elevada rentabilidad de la industria permitía pagar excelentes salarios y en Grytviken se podía gozar de una vida confortable. Algunos trabajadores de las factorías vivieron en el lugar con sus familias. La aldea contaba con cine, cancha de fútbol, iglesia, hospital, panadería, carnicería, estación de radio, biblioteca, tres muelles, un dique flotante y una usina hidroeléctrica. También operaron trayectos ferroviarios para el transporte de cargas.

Autor : Bernardo Veklser
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