Llegan a las islas Año Nuevo para erigir faro y observatorio
EL 7 DE NOVIEMBRE DE 1901

Llegan a las islas Año Nuevo para erigir faro y observatorio

07/11/2022
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ste día, arriba a la más oriental de las islas Año Nuevo el aviso ARA Azopardo. “El pequeño buque estaba atiborrado de materiales, equipos, herramientas e insumos para la construcción del observatorio”. Había partido de Ushuaia cuatro días antes y luego de cargar capones en una estancia, hizo escala en Puerto Brown y marchó hacia el pequeño archipiélago próximo a la isla de los Estados (Juan Pablo Bello. La isla Observatorio).
El teniente Horacio Ballvé estuvo a cargo de los estudios de factibilidad y determinó el sitio de emplazamiento del observatorio. La iniciativa había partido del Congreso Internacional de Geografía de 1899, que había propiciado expediciones a la Antártida y requirió al Gobierno argentino de esa instalación para obtener mediciones y parámetros magnéticos correctos para los instrumentos de navegación de la época.
La elección del lugar de establecimiento del observatorio fue precisado por Ballvé, luego de desechar por sus características topográficas a la isla de los Estados, que generarían “lecturas alejadas de la realidad de mar abierto, como era necesario conocer”.
El día 19 se iniciaron las tareas de construcción, se implantaron “pilotes de madera a través de la turba hasta asentar en suelo firme”, que “fueron extraídos de restos de naufragios”.
“La playa da a un acantilado de caída recta de 20 metros de altura, que permitió el ascenso de los materiales del observatorio y el faro por medio de la colocación de una polea suspendida. La ardua tarea de trasladar los materiales a través de los 600 metros de turba sin senda, fue hecha con la colaboración forzada de presos del penal de Tierra del Fuego”.
El observatorio estuvo operativo en febrero de 1902, con “una dotación de dos oficiales y dos ayudantes”.
Las habitaciones se construyeron con criterios de confort y previendo “los medios para lograr una alimentación variada, donde las raciones de carne no sean algo extraordinario, sino parte del menú cotidiano, por lo tanto se construyó un galpón para aves de corral, que se adaptaron sin ningún problema, abasteciendo de carne y huevos frescos. Además eran trasladados capones desde la isla Grande periódicamente y se ensayó con la confección de una huerta que en verano dio frutos de algunas hortalizas, legumbres, tubérculos y se condimentó mucho con la pimienta de canelo, muy abundante en la isla de los Estados” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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