Incendio en el hogar de niños en Río Grande

El siniestro dejó en evidencia las irregularidades edilicias dentro del Estado

20/04/2014
E
l jueves al mediodía un incendio dejó otra vez en evidencia las graves falencias que existen en el Estado provincial y en su funcionamiento. Una vez más las víctimas fueron los que menos tienen, pero esta vez personificados en niños y adolescentes que eran albergados en el Pequeño Hogar, tal como se conoce al ruinoso edificio donde el área de Desarrollo Social de Tierra del Fuego alberga a jóvenes en situación de contención.
Todo comenzó pasado el mediodía. Llamas en el entretecho provocaron que prontamente el edificio quedará envuelto entre llamas y denso humo. Ocasionales transeúntes y vecinos ayudaron con premura a retirar del lugar a las personas y sus escasas pertenencias.
Con la llegada de los Bomberos Voluntarios y de las ambulancias del Hospital Regional Río Grande, la labor se organizó prontamente pero el saldo ya se aventuraba complejo. Al final fueron siete las personas rescatadas: cinco chicos –un varón y cuatro nenas– y dos operadores que los cuidaban.
El síntoma común era asfixia por humo, peor los sucesivos partes médicos dieron cuenta de complicaciones que acrecentaban el riesgo de vida. Un dato: al no contar con Terapia Intensiva Pediátrica, varios de los niños fueron derivados a la clínica privada CEMEP. Otro más: entre los alojados en el Pequeño Hogar había un hombre de unos 37 años de edad, discapacitado.
En declaraciones a Radio Fueguina, un brigadista llamado Franco Ybars contó detalles espeluznantes de lo que fue el rescate. El voluntario dijo que “vi a los chicos que a través de las ventanas pedían ayuda. No podíamos abrir las ventanas, la barreteamos con un grupo de vecinos”.
Además, contó que “la puerta de emergencia estaban bloqueadas con un muebles, allí había una habitación de chicas, sacamos a un niña y en otro pieza sacamos a dos niñas más” y cerró su relato destacando que “había mucho fuego en el interior, vi a una mujer quemada en su rostro al igual que unos chicos”.

El arribo de Montero

La ministra de Desarrollo Social de Tierra del Fuego, Marisa Montero, llegó al lugar cuando ya estaba en proceso el rescate de los menores. Ni bien arribó fue duramente increpada por Marcelo Córdoba y Felipe Concha, ambos dirigentes de la seccional local de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), quienes desde hace mucho tiempo encabezan reclamos constantes por el estado de los edificios que debe administrar el Gobierno provincial.
El secretario general de ATE Río Grande, Marcelo Córdoba, vociferó: “Venimos denunciando desde hace años esta situación y no se ha hecho nada. Esta es la respuesta a la inacción y a la inoperancia del Ministerio de Desarrollo Social”.
“Acá hay otro responsable, que es el Ministerio de Trabajo, porque también le venimos pidiendo las inspecciones en distintos sectores de la administración pública, pero recién se van a hacer eco cuando maten a una persona o un compañero de trabajo”, criticó.
Además, Córdoba recalcó que “todos los edificios de Desarrollo Social son calamitosos. Las únicas instalaciones que están medianamente en condiciones son la de la Subsecretaria y la de la Ministro, después son cuevas que se han alquilado en estos últimos cinco años”.
Por su parte, el prosecretario gremial de ATE Río Grande, Felipe Concha, ratificó que “enviamos notas al Ministerio de Trabajo, denunciando la situación y lamentablemente no hicieron ninguna inspección”.
“La Ministro (de Desarrollo Social) se tiene que hacer cargo. Nosotros veníamos denunciando preocupados por los trabajadores que desarrollan sus tareas en el lugar y no tenían seguridad de nada”, remarcó el sindicalista.

El último parte médico

El tercer parte médico se dio a conocer ayer por la noche y fue emitido por gacetilla de prensa del Gobierno provincial. Así se informó que “las autoridades del Hospital Regional de Río Grande dieron cuenta de un nuevo parte médico de las personas afectadas por el incendio registrado el pasado jueves en el Hogar de Menores de dicha ciudad”.
En tal sentido indicaron que los dos pacientes que son atendidos en el nosocomio riograndense experimentan “buena evolución”, a pesar de que la persona menor de edad cursa una “complicación infecciosa”.
En cuanto a los otros dos pacientes que son atendidos en el CEMEP, clínica a la que debieron ser derivados porque el hospital no cuenta con Terapia Intensiva Pediátrica, aseveraron que también registran “buena evolución”.

Posiblemente intencional

El Bobeirno provincial informó que “finalizada la tarea de peritaje a cargo del ingeniero Darío Detzel se logró determinar el sector de origen del fuego, ubicado en una pequeña habitación destinada a depósito, en la que se observaron camas y ropas de cama, descartándose la accidentalidad del ígneo, ya que no se observaron elementos que produjesen calor, como estufas o calefactores, como tampoco de contingencia eléctrica”.
El informe también indica que, según lo expuesto anteriormente, se determinó la causalidad como “hipotético intencional”, provocada por algún elemento “capaz de producir llama libre”, no observándose acelerantes para el fuego, como pueden ser nafta u otros carburantes.
Constatado el resto del edificio, se comprobó que la caldera no tiene afectación directa por el siniestro, a la vez que los extintores tenían correcto funcionamiento.

Montero, de la prudencia a la desmesura en un par de días

El rol de la ministra de Desarrollo Social de Tierra del Fuego, Marisa Montero, en este lamentable incidente, ha puesto una vez más en discusión la designación de funcionarios en el Gabinete de Fabiana Ríos, donde parece más importante contar con “soldados” más que con “idóneos” para cubrir determinados puestos.
Además, quedaron en evidencia las irregularidades que existirían en cuanto al manejo de la problemática de menores en riesgo en Río Grande, hecho que obligó a la propia Montero a realizar una tibia autocrítica el mismo día del incendio pero que quedó opacada por sus declaraciones cargadas de soberbia del domingo.
Montero comenzó explicando que “nosotros habíamos dispuesto una única residencia para albergar niños, niñas y adolescentes, pero debimos recurrir al ‘Pequeño Hogar’, que estaba clausurado, donde solamente estaba esta persona con discapacidad con alojamiento transitorio, para hacer una nueva ubicación de chicos y adolescentes”.
“Sobre el aspecto técnico del edificio y qué es lo que ocurrió, no voy a dar esos detalles. Luego de las pericias y la tramitación de la causa se podrá determinar si había falencias o no”, dijo Montero y recalcó que “siempre con respaldo profesional, los chicos tienen libertad de entrar y salir como pueden tener cualquiera de nuestros hijos”.
Asimismo, Montero resaltó que “el incendio no es materia opinable y habrá un dato objetivo que tiene que ver con el resultado de las pericias. El dato objetivo lo darán quienes entienden en el tema y podrán demostrar de qué modo se inició”.
“Por supuesto que soy la principal preocupada por la situación edilicia. Son edificios de antigua data; el Centro Infantil Integrado también es un edificio viejo, se han hecho reparaciones pero son edificios antiguos y siempre las van a necesitar. Yo soy la primera interesada en brindar mejores condiciones, para los operadores y los chicos que están bajo mi responsabilidad”, admitió la funcionaria.
En la misma línea, reiteró que “los chicos y las chicas son responsabilidad de todos. Yo soy la mayor responsable. Yo tengo los chicos a cargo y yo, en este momento, tengo cinco chicos internados. Pero hay muchos replanteos para hacer socialmente, respecto del cuidado de los chicos”.
Sin embargo, tres días después cambió rotundamente su perfil cauto para referirse al tema y a través de una gacetilla de prensa aseguró que “estos chicos que hoy son el centro de la preocupación de toda la ciudadanía muchas veces son segregados y rechazados por esta misma sociedad que hoy se conduele”.
Casi como si intentara desviar el foco de atención, la cuestionada funcionaria remarcó la necesidad de que “todos como sociedad debemos reflexionar sobre cómo nos hacemos cargo de nuestros chicos, más allá de que presenten una problemática u otra, son todos chicos nuestros”.
Además, y desmintiendo el planteo de los representantes de ATE Río Grande, Marisa Montero aseguró que “en el Ministerio no se han recibido denuncias sobre el estado edilicio del Pequeño Hogar” y que “no consta por escrito ningún reclamo de ningún gremio sobre ese edificio en particular”.

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