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Guillermo Worman
Apelar, al trabajo conjunto. A la colaboración. A la interacción para solucionar problemas complejos.
Apelar a que se entienda que los problemas estructurales deben ser políticas de Estado y no medidas coyunturales de gobierno.
Apelar a la razonabilidad de las decisiones que toman las autoridades y a la responsabilidad de los actos propios y de nuestro gobernantes.
Apelar, por supuesto, a que la conciencia ambiental que se pone en palabras se transforme en acción concreta en favor de la comunidad.
Apelar a la memoria de los pobladores que fundaron y desarrollaron la ciudad, cuando aquellos podían disfrutar de las virtudes de las playas bañadas por las aguas del canal Beagle.
Apelar al registro de las imágenes en blanco y negro de Ushuaia. Las fotografías que forman parte de la memoria colectiva de este Sur de la tierra, y que en su enorme mayoría reflejan la vida junto al mar.
Apelar a la conciencia integral en relación al desarrollo sustentable y no a las tentaciones que surgen frente a medidas de fácil repercusión.
Apelar a la realización de inversiones estratégicas, que redunden en beneficios actuales y, sobre todo, para las generaciones que vendrán.
Apelar a que el dialogo es el camino y que las agendas comunes con rasgos concretos de madurez política y democrática.
Apelar al valor y a las convicciones para solucionar problemáticas que aparecen como infranqueables, dejando de lado excusas formales para evitar resolver conflictos verdaderamente urgentes.
Apelar al compromiso concreto frente a los principios generales del ambiente: congruencia, prevención, precaución, equidad intergeneracional, progresividad y responsabilidad, subsidiariedad, responsabilidad, sustentabilidad, solidaridad y cooperación.
Apelar a la obligación de colaborar y del trabajo complementario.
Apelar a la comprensión sobre que la preservación del patrimonio natural y cultural son
Condicionantes necesarios del desarrollo económico y social.
Apelar al criterio y predisposición para solucionar los problemas colectivos más allá de las simples formalidades.
Apelar a que produzcan innovaciones hacia formas viejas, arcaicas y tradicionales de resolver las diferencias.
Apelar a la legitimidad, complementando al principio básico de legalidad. A la licencia social y no solo al principio tradicional de toma de decisiones.
Apelar a la cogestión, codiseño. A la gestión de riesgos y a la capacidad de gerenciamiento de crisis. Al control de daños sobre los actos que asumimos.
Apelar, a los inmensos y responsables sentidos de la palabra.
Apelar al uso de criterios básicos que nos permitan vivir con dignidad.
Apelar, en su sentido originario: el de empujar hacia adelante con la palabra.
Apelar, como un nuevo llamado a la reflexión.
