N
i la nevisca frenó la procesión ayer con la imagen de a Virgen de la Merced, por las calles de la ciudad, y debido al frío intenso no se prolongó el recorrido por otras arterias sobre todo por la presencia de los niños, niñas y personas mayores que acompañaron la ceremonia religiosa de la Patrona de Ushuaia. Allí se notó la ausencia de funcionarios provinciales, municipales, de la Legislatura y del Concejo Deliberante.
La procesión en honor a la Virgen de la Merced fue presidida por el obispo de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, monseñor Miguel D’Aníbale, quien se trasladó desde la diócesis de Río Gallegos para participar de la Fiesta Patronal de Ushuaia; también acompañaron los feligreses de las distintas parroquias de la ciudad y algunos turistas que se encontraban de visita.
Con rezos, meditaciones y cantos los fieles siguieron la procesión con la generala del ejército, a quien el general Manuel Belgrano le depositó su bastón de mando cuando estuvo en San Miguel de Tucumán en 1812.
Cabe recordar que el Día de Nuestra Señora de la Merced fue el 24 de septiembre pasado, día en culminó el novenario que se rezó a la madre santísima y la festividad de la Patrona de la ciudad y ceremonia religiosa se pasó para ayer para pudieran concurrir más fieles.
La banda de música de la Base Naval Ushuaia también acompañó en la veneración de la Patrona de la ciudad y con acordes musicales tanto cuando salió de la Parroquia como cuando regresó Nuestra Señora de la Merced al templo, ubicado en avenida San Martín y Don Bosco.
Luego, los cristianos siguieron la liturgia y el obispo D’Anibale ofició la misa en la Parroquia en honor a la Virgen de la Merced.
