Presunto caso de firmas falsas

Bovino dijo estar “asombrado”

20/10/2014
E
l abogado de Buenos Aires Alberto Bovino dijo ayer sentirse “asombrado” y “pasmado” por la resolución de la jueza de instrucción María Cristina Barrionuevo que desestimó la causa penal por presuntas firmas falsas de jueces en el Poder Judicial fueguino.
Bovino, denunciante del caso ante el Consejo Provincial de la Magistratura, le remitió un escrito a Barrionuevo en el que le cuestiona la metodología utilizada para resolver la situación, a partir de peritajes que no incluyeron las firmas cuestionadas por el letrado, como informó este medio ayer.
El abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) sostiene que son falsas, al menos, las firmas incluidas en escritos judiciales del ex juez Leandro Álvarez y del actual juez del Tribunal Oral de Ushuaia Roberto Magraner.
Para demostrarlo acompañó un peritaje privado realizado por el Calígrafo Público Nacional, Especialista en Criminología Gastón Federico Latour.
La jueza dispuso su propio peritaje que realizó el perito de la Policía Científica de Ushuaia, subcomisario Oscar Paulo Molina. Sin embargo, en el caso de la firma de Magraner, mandó a compararla con las incluidas en dos expedientes judiciales que no formaban parte de la denuncia y que no se sabe por qué ni cómo fueron seleccionados.
“Al no peritarse las firmas mencionadas en la denuncia, no se ha comprobado en modo alguno que las firmas sean de Magraner y Álvarez. Así que los presupuestos de su decisión no son verdaderos”, replicó Bovino.
Y agregó: “Me pregunto por qué motivo no se hizo el peritaje de las firmas que analizó nuestro perito. ¿Qué podía perder la Sra. Jueza? Más allá de ello, lo cierto es que los hechos denunciados hablaban de esas firmas y no de otras, seleccionadas a la carta. En conclusión, la Sra. Jueza no investigó los hechos que denunciamos, sino otros que, casualmente, le vinieron muy bien a los jueces denunciados”, indicó el letrado.

Un día antes

Pero Bovino también cuestionó ayer la actitud de la jueza Barrionuevo de haberlo citado como testigo en la causa un día antes de la fecha de declaración, sabiendo que reside en la ciudad de Buenos Aires.
El dato no es menor porque después la magistrada utilizó como argumento la falta de comparecencia del abogado para sostener que no había podido individualizarse otra presunta firma falsa, en este caso del juez del mismo Tribunal Oral, Maximiliano García Arpón.
Según le contestó Bovino a Barrionuevo, ya el 19 de septiembre, a través de un escrito en el que respondió a una citación anterior, dejó en claro que su domicilio real era en Buenos Aires y su domicilio procesal en la calle San Martín en Ushuaia.
“La Sra. Jueza descartó mi declaración debido al hecho de que le manifesté que me resultaba complicado viajar. Además, insistió en enviarme una notificación al “domicilio real” (se refiere al de Ushuaia) el 6 de octubre, es decir, un día antes de la audiencia fijada para mi (nueva) declaración”, señaló en el escrito.
“O sea que me citaron el 6 de octubre y yo tenía que estar al día siguiente a la mañana en Ushuaia. Por supuesto que no pude ir. Yo además ya le había aclarado en un escrito anterior, respondiendo a una citación para ratificar la denuncia, cuál era mi domicilio real. A pesar de ello volvió a citarme a mi domicilio de Ushuaia. Está claro que no quieren que vaya”, explicó también el letrado ayer, en declaraciones a FM Centro.
Sobre el procedimiento utilizado para descartar el caso, Bovino señaló que “pensaba que la jueza iba a tener un poco de cuidado, pero para decirlo en pocas palabras, y disculpe la expresión, esto es una joda. Me están tomando el pelo o me toman por gil”, expresó.
Según opinó, “lo mínimo que tenía que hacer cualquier peritaje era reproducir la metodología de nuestro peritaje y agregar lo que consideraran relevante. Porque si lo que hicieron fue comparar varias firmas falsas, el cotejo les va a dar verdadero pero la verdad es otra”, razonó.
El abogado también dijo que de esta forma se “explica” por qué el presidente del Consejo de la Magistratura, Gonzalo Sagastume, quería que la causa fuese investigada por la Justicia penal y no por ese cuerpo.
“Querían que pasara esto. Tendrían que haber llamado a peritos de parte. ¿Por qué piensan que yo hice un peritaje acá en Buenos Aires? Si una de las firmas de Álvarez es de una falsedad tan obvia que parece dibujada por un niño. Había mil mecanismos para encontrar firmas sobre las que no hubiera duda. Pero si piensan que con esto van a engañar a la gente, están muy equivocados”, se descargó el denunciante.
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