L
a Policía investiga quién o quiénes intentaron incendiar la camioneta particular del juez Ernesto Löffler, este lunes alrededor de la 1 de la madrugada, en un claro acto intimidatorio, utilizando para ello una bomba tipo molotov.
Las dos botellas con acelerante eran portadas por un individuo con guantes que arrojó una de ellas a la caja de la camioneta Dodge Ram, propiedad del camarista, estacionada frente a su domicilio de calle Piedrabuena al 1400 en Río Grande.
Si bien Löffler y su familia no se encontraban en la ciudad, la situación llegó a ser advertida a tiempo por otras personas, que evitaron la propagación del fuego.
En declaraciones radiales Löffler señaló que tras conocer la noticia, “me sentí preocupado, pensé que era una broma, me llamaron a las 2 de la mañana y no lo podía creer. No imaginé que la situación iba a cobrar esta envergadura, tratar de incendiar un vehículo, pusimos cuatro cámaras para prevenir una situación como estas o al menos identificar a cualquier persona que atentara contra nosotros”.
El magistrado riograndense aseguró respecto de la vinculación del episodio a un “privado” que funciona en la casa vecina a su propiedad, “hace aproximadamente un mes estaba por viajar y una de mis empleadas me comentó que estaba funcionando un privado al lado de mi casa, inmediatamente me puse en contacto con el fiscal Rapopport y me dijo que ya estaban trabajando, y cuando vine del viaje estaba funcionando. La jueza federal hablé con ella, y me dijo que estaban hablando, también hablé con el juez en turno y que estaban trabajando por la ley de profilaxis”.
“El atentado no sé si es una represalia, trataron de incendiar la camioneta, se escuchó la explosión y la gente salió y lo apagó, salieron los vecinos y el autor del hecho les arrojó una piedra y les rompió una ventana de la casa”, continuó relatando.
Anoche Löffler le confirmó a el diario del Fin del Mundo que había entregado todo el material fílmico a la policía y a la Justicia con el fin de obtener datos precisos del autor del hecho.
