A 54 años de Ushuaia-Alaska
Diario de moto

A 54 años de Ushuaia-Alaska

20/11/2014
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omo si fuese ayer, Juan Degratti recuerda la aventura que lo marcó durante toda su vida, en un viaje de más de mil días donde recorrió casi 28 mil kilómetros desde Ushuaia hasta Alaska, a bordo de una Alpino de 175 c.c convirtiéndose en un motoviajero pionero.
“Yo salí el 19 de noviembre de 1960 a las 9.45 en ese tiempo el cabo Diaz me firmó el libro de salida, y Padín que tenía una gomería, junto al “Fito” Sciurano me regalaron la cubierta delantera de la moto que estaba bastante gastada, por lo que tengo un buen recuerdo de ellos”, inició su relato Degratti.
De esta manera, señaló que “partí de Ushuaia, fui a Río Grande de allí a Porvenir, y crucé en la Goleta Gaviota rumbo a Punta Arenas, desde donde proseguí mi viaje hasta Alaska”.
“En algunos lados me trataron bien y en otros mal, pero todo era parte del viaje” agregó recordando que “llevaba una carta, que aún conservo, de parte del gobernador del territorio de Tierra del Fuego, Ernesto Campos”, expresó.
Cabe destacar que la carta con fecha del 11 de noviembre de 1960, expone que “el señor Degratti de Ushuaia está haciendo un raed en motocicleta desde esta ciudad la más austral del mundo a Canadá, le pido a usted prestar su apoyo a este valiente muchacho para que pueda realizar su propósito”.
El viajero comentó que “felizmente no tuve ninguna accidente grave, siendo que en 54 años atrás no había ruta, el asfalto recién empezaba en Fortín Mercedes por lo que hasta allí era todo ripio”.
Aun así pasó por momentos difíciles producto de las inclemencias, peligros, falta de comida o dinero. Entre sus anécdotas, Degratti destaca que “uno de los problemas más grande fue cuando al cruzar a 5 mil 800 metros al nivel del mar en Bolivia, la moto se apunaba, por lo que tuve que ponerle un producto especial a la moto, debí haberle echado media lata pero le puse la lata completa, esto hizo que el pistón se fuera fusilando y cuando llegué a San Juan de Pasto, departamento de Nariño en Colombia se me rompió, traté de conseguir repuestos lo que no encontré, y gracias a un muchacho de un taller la arreglamos como pudimos”.
Por otro lado recordó que “en Guatemala estaba durmiendo en el piso en el cuartel de bomberos voluntarios y sentí a las 2 de la mañana como que el piso temblaba, era debido a que a unos 30 kilómetros estaba el volcán Ojo de Agua en erupción, para mí fue algo maravilloso verlo de noche”. Ante esto, el viajero salió de ese lugar 4 días después donde aún quedaban las cenizas del volcán en la ruta.
Consultado sobre cómo surgió esta iniciativa, expresó que “hasta el día de hoy no lo sé, yo había visto un peruano que andaba en moto y pensé que sí el vino hasta Tierra del Fuego, porque yo no podía hacer un viaje así, por lo que acomodé la moto como pude y la fui armando en el camino”.
“Viajar es vivir, es una sensación que se siente en la moto es muy distinta a la del auto, porque el viento le va golpeando en la cara”, expresó enviándole un mensaje a los jóvenes viajeros.
De manera nostálgica Degratti reveló que no conserva aquella motocicleta Alpino patente 012 de Ushuaia “en su momento le sacaron el motor, yo la quería donar al museo y lamentablemente no se dio” pero “ahora estoy tratando de conseguir algo similar, estuve la semana pasada en Córdoba para hacer una réplica con todas las revistas y diarios que aún conservo del viaje”.
Además manifestó que conserva muchas medallas y pergaminos entregados por su hazaña, destacando que “el más me tocó fue el de los muchachos de Latitud Sur 54 que me entregaron la mención de motoviajero pionero”. En este sentido, amentó no poder asistir al último encuentro de motoqueros del Fin del Mundo que se desarrolla desde hoy en Ushuaia.
Para concluir, expresó su intensión de hacer un monolito o poner una placa en recordatorio del primer viajero en moto que unió Ushuaia con Alaska, en la Plaza Cívica, desde donde emprendió el viaje.