Trabajo interdisciplinario

Destacan avances en la restauración de bosques en Tierra del Fuego

23/12/2014
A
nivel mundial el tema de la restauración ecológica, particularmente la reforestación y recuperación de bosques degradados, ha llegado a ocupar un lugar importante en la agenda de las políticas públicas ambientales.
En septiembre pasado, durante la última Cumbre de Clima realizada por la ONU, se firmó la “Declaración de Nueva York sobre Bosques”, donde países de todo el mundo se comprometieron a restaurar un total de 350 millones de hectáreas antes del 2030.
En la Argentina también, el tema de la restauración ecológica del bosque ha sido fuertemente potenciado en los últimos años, gracias a la aprobación de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental del Bosque Nativo (ley 26.631/07).
Esta ley establece los requisitos mínimos de protección para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos, y de los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad.
En Tierra del Fuego, este tema tomó relevancia a partir de varios incendios forestales masivos en la última década y de la firma de un Acuerdo de Cooperación entre Argentina y Chile en el año 2008 para promover la restauración de los bosques degradados por el castor. Ahora pesa una necesidad de contar con nueva información científica sobre los métodos y potenciales estrategias para lograr dichos fines.
Es así que en investigadores y becarios del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC–CONICET) y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) han ido avanzando en esta línea de trabajo. En el año 2012, con el apoyo de un proyecto National Geographic y una beca de la Fundación Fulbright, el alumno Jonathan Henn en colaboración con el Laboratorio de Recursos Agroforestales pudo iniciar el primer estudio piloto sobre restauración activa, lo cual implica el trasplante de árboles jóvenes en vez de esperar la regeneración natural que pasivamente podría recuperar los ecosistemas impactados.
El doctor Guillermo Martínez Pastur, ingeniero forestal e investigador del CADIC–CONICET, señaló que “en estudios previos detectamos que el bosque tiene poca regeneración natural y por lo tanto lo más probable era que necesitaba un empuje para facilitar la restauración”, por lo que “tuvimos que poner a prueba distintos hipótesis sobre cuáles sería los factores que influyen en el éxito de esos trasplantes”.
“Por eso cuando surgió la oportunidad de postular el proyecto NatGeo con Jonathan”, agregó el doctor Christopher Anderson, investigador del CADIC CONICET y profesor de UNTDF, “aprovechamos la oportunidad para abordar la temática de la restauración activa que nos habíamos planteado como necesaria a partir de investigaciones previas”.
Ahora los primeros resultados han salido publicados en la revista “Ecological Restoration” (Estados Unidos), donde los científicos han determinado que la supervivencia de los árboles de Nothofagus pumilio trasplantados varía de acuerdo a los sectores impactados dentro de las castoreras y donde el cambio en las condiciones ambientales y la competencia con las plantas introducidas desde ambientes asociados son la principal limitante para la regeneración. Sin embargo, al cabo de 3 años se han obtenido supervivencias de entre 25% y 50% de los árboles.
Actualmente, con un subsidio de proyectos PIA del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Laboratorio de Recursos Agroforestales –en asociación con la Universidad Nacional de la Plata– sigue profundizando esta línea de trabajo con una ampliación de la escala de los experimentos en el campo, ensayando nuevas especies y técnicas de plantación. A partir de los resultados de investigaciones previas se está estudiando la posibilidad de alcanzar etapas sucecionales tempranas de bosques de Nothofagus antarctica que generen las condiciones ecológicas adecuadas para la instalación de los bosques originales.
Además, otro proyecto del grupo y en alianza con la Virginia Tech University (Estados Unidos) y financiado por la Agencia Nacional de Ciencia de Estados Unidos, se está evaluando los servicios ecosistémicos de secuestro de carbono que estos bosques ribereños pueden generar a partir de su restauración, y también cuáles son las percepciones sociales de los propietarios sobre los bosques y el castor en particular.
Para poder lograr las metas expresadas en los documentos acordados al nivel político, se requiere nuevo conocimiento científico y tecnológico, con alta aplicación en lo inmediato. Gracias al inicio y profundización de esta nueva línea de investigación en Tierra del Fuego se está avanzando hacia la meta de poder contribuir a las problemáticas socio–ambientales que enfrenta la región.