Apareció una conexión en Uruguay entre Glisud y Ciccone

La “banda” oriental

25/03/2012
L
a empresa Ciccone Calcográfica, cuyo levantamiento de quiebra investiga la Justicia ante la sospecha del papel que habría jugado en ese proceso el vicepresidente Amado Boudou, tiene un vínculo directo con Glisud SA, la compañía fantasma que operó en Tierra del Fuego para quedarse con propiedades subvaluadas del Fondo Residual del BTF.
El nexo entre Ciccone y Glisud son dos socios uruguayos: Fernando Juan Castagno Schickendantz y Janine Gómez Suárez, que aparecen como fundadores de Dusbel SA (la firma que asumió el control de Ciccone tras el proceso de quiebra) y también de Argory Company y Dockington SA, dos empresas que fueron administradas por Enrique Rolando Pinto, el ex presidente de Glisud.
El factor común en todos los casos es la sospecha de lavado de dinero. Según publicó el diario LA NACION, Schickendantz y Gómez Suárez fueron reportados en España por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que los señaló por operar sin una autorización oficial, ni registración previa, la firma financiera y de inversiones Pesmir Trading o Banco de Pesmir Trading. Además, los socios aparecen vinculados a unas veinte SA que operan en Argentina, Uruguay, Paraguay y Estados Unidos. Y se los relaciona con ocho empresas mencionadas en el informe sobre lavado de dinero que difundieron en 2001 los diputados nacionales Elisa Carrió, Graciela Ocaña, Gustavo Gutiérrez y José Vitar.
En el caso de Glisud, la Justicia fueguina investiga en la causa número 22741 “el origen presumiblemente ilícito” del dinero que la empresa habría utilizado para adquirir los bonos públicos con los que luego compró los créditos ofrecidos por el Fondo Residual en el año 2002. Esos bonos POR–4 fueron adquiridos por Pinto, como presidente de Glisud, a la empresa –también uruguaya– Crider Trading SA, de la que a su vez era representante. Es decir que Pinto (por Crider Trading) compró los bonos para Pinto (por Glisud).

El caso Ciccone

De acuerdo a las publicaciones de la prensa nacional, Ciccone Calcográfica logró levantar un pedido de quiebra efectuado por la AFIP, en octubre de 2010, merced a la incorporación de nuevos integrantes a la sociedad.
La empresa que se sumó a Ciccone fue The Old Fund SA, cuya cara visible es Alejandro Vandenbroele, un abogado, asesor de José María Núñez Carmona, socio comercial de Amado Boudou. De ahí el interés que despertó el caso.
Uno de los puntos centrales de la investigación resultó la declaración testimonial que prestó la esposa de Vandenbroele, quien dijo que su marido era “testaferro” de Boudou.
Además, se supo que The Old Fund había sumado a un nuevo socio controlante: Dusbel SA, la empresa uruguaya fundada por Schickendantz y Gómez Suárez, investigados por lavado de dinero, según detalló el periodista Hugo Alconada Mon en LA NACIÓN, el pasado 20 de marzo.

Las gemelas de Pinto

Justamente los socios uruguayos que fundaron Dusbel SA, son los mismos que constituyeron Dockington SA y Argory Company SA en un solo día: el 31 de marzo de 2003. Las dos empresas son gemelas: tuvieron los mismos creadores, idénticos fines y, en lo que respecta a Tierra del Fuego, compartieron un mismo administrador: Enrique Pinto, el ex presidente de Glisud SA.
Además, tanto Dockington como Argory fueron inscriptas por la Inspección General de Justicia de la Provincia en días sucesivos, el 11 y 12 de febrero de 2004.
Glisud es la empresa que fijó como domicilio una dirección de Buenos Aires (Corrientes 1888) donde funcionaba un prostíbulo regenteado por Graciela D´dadamo, a su vez apoderada de la compañía.
Pinto también nombró a su hijastra, Tamara Solari, como directora suplente de la empresa.
En diciembre de 2002, D´adamo apareció firmando una oferta de Glisud para comprar parte de la cartera crediticia del Fondo Residual del Banco de Tierra del Fuego. La operatoria, plagada de irregularidades y de sospechas de connivencia con los funcionarios de turno (entre ellos el ex titular del Residual, Gustavo García Casanovas) está siendo investigada actualmente por el juez de instrucción Javier de Gamas Soler.

Lustrabotas y empresario

Como ya reveló EDFM en 2011, al momento de presidir Glisud, Pinto se había registrado ante la AFIP en actividades poco relacionadas, como “astrólogo” y “lustrabotas”. Además había sido planta política del ex vicegobernador Daniel Gallo durante su mandato como diputado nacional por Tierra del Fuego.
Desde el punto de vista empresario, Pinto presidió en 1998 la empresa Ancira SA, creada en Capital Federal por Rubén Erviti, el mismo escribano que intervino en la constitución de cientos de empresas fantasmas y fue destituido del cargo por ello antes de su fallecimiento.
El domicilio de Ancira es el mismo de Glisud en Río Grande: Perito Moreno 964, y el domicilio alternativo, Suipacha 211 piso 22 dpto. “A’’ de Capital Federal corresponde a Alberto Ricardo Amado, otro escribano destituido por los mismos motivos que Erviti.
En su expansión por el extranjero, tanto la constitución de Argory Company y Dockington SA (con los mismos socios fundadores que Dusbel SA) en Uruguay, encierran otro misterio relacionado con su documento de identidad. Allí figura un “DNI número 6.276.706”. Según averiguaciones, este número pertenece en realidad a Juan Humberto Lesta, un panadero de San Jorge, en la provincia de Santa Fe, fallecido en 1995.

Covelia, Skanska y Schoklender

Pinto llegó a la presidencia de Glisud treinta y ocho días después de que la empresa fuera creada por dos ancianas indigentes, Máxima Correa e Ilda Bellusci, el 4 de octubre de 2002.
Según registros oficiales, Correa figura en la constitución de 196 sociedades, mientras que Belusci creó 285. En todas esas escrituras actuó el mismo grupo de escribanos. Dos de ellos Horacio Geller Gorodisch (intervino en Glisud) y el ya mencionado Erviti, fueron destituidos por el Colegio de Escribanos de Buenos Aires.
Además, tal como reveló EDFM el 22 de marzo, Correa es una de las fundadoras de Covelia SA, la empresa recolectora de residuos que opera en el Gran Buenos Aires y que generó un pedido de investigación de la justicia suiza por presunto lavado de dinero.
En la mayoría de los casos, las sociedades fueron prefabricadas con el nombre de personas indigentes (muchas de ellas, incluso, beneficiarias de planes de empleo) y luego traspasadas a figuras más conocidas.
Las mismas ancianas fundadoras de Glisud aparecieron luego como fundadoras de Aerolíneas Argentinas SA, Berniers SA (vinculada al caso Skanska) y a Lenity SA (ligada al caso Schoklender).
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