Llegan al río Grande y se suceden los nombres para bautizarlo
El 7 de diciembre de 1886

Llegan al río Grande y se suceden los nombres para bautizarlo

07/12/2017
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ste día, la expedición de Ramón Lista visualiza al mayor río de la isla y lo bautiza con el apellido del entonces ministro de Guerra y Marina, y luego vicepresidente de la Nación, (Carlos) Pellegrini. Dos meses antes, el rumano Julio Popper había llegado por tierra a su costa norte y lo había bautizado, en homenaje al presidente de la Nación, (Miguel) Juárez Celman.
Otra versión adjudica a monseñor José Fagnano haber impuesto el nombre de río Grande. Mayor asidero tuvo la postura que funda esa toponimia en el informe elaborado por el agrimensor Julio V. Díaz, presentado en el Departamento de Obras Públicas de la Nación en 1891, quien identificó como Grande al río fueguino. Este intento de mensura inauguró la larga historia de ilícitos consumados en Tierra del Fuego, al descubrirse la falsedad de dicho trabajo y dejar al autor del mismo condenado y preso.
Pero, la sucesión de denominaciones de ese curso de agua no culmina ahí, dado que en el mapa del Instituto Geográfico Argentino, diseñado en 1893, año de la muerte de Popper, los cartógrafos de la institución quisieron homenajear al rumano dándole su apellido al río.
Los hombres que alcanzaron a divisar su desembocadura y las inmensas praderas circundantes, consideraron que allí se debería erigir el mayor emplazamiento urbano de la isla. El minero rumano fue el primero en declamar que “la geografía, etnología y constitución física de la isla, señalan como asiento para la capital del territorio argentino a aquel punto de la boca del río Juárez Celman, siempre que, como creo, se constate un cierto grado de navegabilidad…” (Sitio web de la Municipalidad de Río Grande).
Luego, Popper reafirmaría esta postura en el folleto titulado: “Atlanta, Tierra del Fuego, puerto franco”. Donde concibió “el proyecto de una población futura a la que llamó Atlanta, situada en la desembocadura ya mentada”.
Posturas coincidentes tuvieron el agrimensor Díaz  y el teniente Eduardo O' Connor, quien sondeó la desembocadura del río, que también llamó Grande, y afirmó que en este paraje debía instalarse el centro principal de la población isleña. Además propuso que el puerto se debía situar a unos mil metros de la boca, y propuso llamarlo Golondrina, en recuerdo del barco que realizó el sondeo y, criticó que se le permitiese a cualquiera imponer nombres geográficos sin autorización oficial.

Autor : Bernardo Veksler
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