onatan Parra, el dominicano que gatillo tres veces un arma de fuego contra la humanidad de Walter Liendro, fue condenado por el delito de “amenazas agravadas y lesiones”, recibiendo una pena de 2 años y medio de prisión, en una leve pena que fue aplicada por el Tribunal de Juicio en lo Criminal de Río Grande.
Los Jueces no coincidieron en sostener la figura penal que mantuvo la Fiscalía para llevar a Parra a juicio, que era el delito de “homicidio en grado de tentativa” y sin embargo morigeraron la figura por una más benévola, a pesar que la fiscal Laura Urquiza, en su alegato, había considerado probado el hecho por el cual el ciudadano dominicano fue llevado a juicio.
La sentencia, en su parte resolutiva, fue conocida el pasado viernes, luego de dos semanas de audiencias, donde varios testigos reforzaron la acusación que existía contra Parra, de haber agredido a su víctima con un arma de fuego, a la que gatillo tres veces, pero el arma no funcionó.
A pesar de la gravedad del ataque recibido por Liendro, los Jueces se inclinaron por aplicar una figura penal más leve, con la particularidad que la misma ni siquiera fue considerada por el defensor oficial, doctor Mariano Sardi, quien había planteado que su representado actuó en “legítima defensa”.
De esta forma, los Jueces desestimaron el pedido de la fiscal Urquiza, quien había solicitado una pena de 4 años de cárcel por homicidio en grado de tentativa y en su defecto, aplicaron la figura de “amenazas agravadas por el uso de arma” y “lesiones leves”.
El próximo 3 de agosto, una vez superada la feria judicial, el Tribunal de Juicio dará a conocer los fundamentos que lo llevaron a morigerar la pena.
Antecedentes del caso
El hecho llevado a juicio ocurrió el 25 de agosto del año pasado, en los asentamientos de la margen sur. En su testimonial, la víctima contó a los Jueces del Tribunal que el día del hecho tuvo un altercado con Parra y que tras ello “lo invité a pelear mano a mano”, pero Parra fue a su casa y luego de seguir con la discusión, el acusado sacó un arma de fuego y le gatillo tres veces pero los proyectiles “no salieron de milagro”, dijo Liendro.
Al comprobar que el arma no funcionaba, el agresor comenzó a golpear con la culata del arma a la víctima, ocasionándole cinco heridas sangrantes en la cabeza, las que fueron comprobadas por los peritos forenses.
Liendro dijo que desde el día de ocurrido el incidente, hacía poco tiempo que estaba en Río Grande, oriundo de la provincia de Salta y que se instaló en una vivienda vecina a la que ocupaba Yonatan Parra, con quien siempre cruzaba miradas desafiantes, hasta que ambos protagonizaron el incidente que casi termina en un homicidio.
