a idea de reciclar los residuos y de colocar campanas para dividirlos por tipo de material resulta muy alentadora. Ahora, si los vecinos, en lugar de depositar las botellas, plásticos o vidrios dentro de los recipientes, los dejan a un costado, y le agregan bolsas con desperdicios que quedan a merced de los perros, el sistema no funcionará cómo se espera. No es tan difícil, ¿no?