Llega a Ushuaia una familia canoera desde la isla Navarino
EL 14 DE JULIO DE 1945

Llega a Ushuaia una familia canoera desde la isla Navarino

14/07/2021
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lrededor de esta fecha, una familia canoera arriba a Ushuaia en busca de mitigar el desamparo en que se desenvolvía su vida.
“En el duro invierno de 1945, con la bahía en gran parte congelada, llegó a Ushuaia atravesando el Beagle en una destartalada canoa, una familia yahgan, procedente de la isla Navarino. Con ellos venía el Padre Torre, quien realizó una colecta de alimentos y ropas entre los comerciantes, vecinos y los campamentos obreros” (Enrique Inda. Revista Impactos N°73. Punta Arenas, 7/10/1995).
Además de la indigencia, era notorio el deficitario estado de salud que los afectaba. “A su pedido, el único médico de Ushuaia en ese entonces, el doctor Juan José Regazzoni, visitó en la lancha ‘Godoy’ de la Gobernación, el asentamiento indígena, llevándoles medicamentos y realizando una prolija revisación colectiva. A su regreso, su informe fue desolador: la mayoría estaba tuberculosa y necesitaba tratamiento, por lo menos para salvar a los niños”.
Pero, las respuestas que urgían no llegaron. Un año después, el autor de la crónica, junto a sus compañeros del puerto, realizaron “una excursión a una estancia de la isla Hoste, donde hallamos a unas familias yahganes viviendo en unas chozas cónicas, armadas con varones de lengas y cubiertas con champas y cueros de ovejas. Su pobreza y su estado de necesidad estrujaba el corazón (…) Desde entonces, quienes trabajábamos en la construcción del muelle, nos cotizábamos regularmente para ayudar a esos pobres desamparados, a sabiendas que no resolveríamos el problema de fondo”.
La situación sanitaria continuó por muchos años acosando a los descendientes de los milenarios canoeros del Beagle, Inda formula una pregunta sobre la negligencia e indiferencia de los gobernantes de entonces: “Descubierta la estreptomicina y eficaces complementos, nada costaba a las autoridades sanitarias acudir en ayuda de los indígenas enfermos. Pero ¿qué burócrata bien alimentado, en la lejana comodidad de sus despachos oficiales, se iba a preocupar de la salud de esos seres perdidos en los confines del mundo…?” (op.cit.).
El texto de Inda formó parte de una carta dirigida al director de la publicación, Carlos Vega Delgado, felicitándolo por el libro ‘Cuando el cielo se oscurece’ que había publicado; donde se relata en primera persona las vivencias de un sobreviviente kawésqar y la epopeya que le significó sobrellevar su extremo desamparo.

Autor : Bernardo Veksler
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