ste miércoles se encadenó frente al edificio de Tribunales de Río Grande, una mujer que integra la agrupación de Mamás en Lucha, en reclamo por delitos contra la integridad sexual en la que son víctimas menores de edad. Lo hizo exigiendo que un hombre que abusó de su hija sea puesto en prisión luego de haber sido rechazado un recurso de casación que interpuso la defensa, para tratar de revertir la condena de 9 años y 6 meses que impuso el Tribunal de Juicio en lo Criminal.
El 22 de octubre el Superior Tribunal de Justicia confirmó la sentencia en la que los Jueces del Tribunal Oral consideraron a Mario Bogado autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado. La sentencia fue dada a conocer el 22 de abril pasado y en ese entonces los Magistrados consideraron que hasta tanto no quede firme la condena la misma no debía ser de cumplimiento efectivo por parte del acusado.
La Corte rechazó el recurso de casación que interpuso la defensora pública, Lorena Nebreda y ratificó la sentencia. La resolución, emitida el mes pasado, fue firmada por el juez Javier Muchnik, el juez Ernesto Löffler y la jueza María del Carmen Battaini. Conocida esta decisión, la madre de la víctima resolvió materializar su reclamo, encadenándose frente a los Tribunales.
Antecedentes del caso
El hecho por el que fue condenado Mario Bogado, tuvo lugar en Tolhuin, entre los meses de enero y marzo del año 2012, en horario comprendido entre las 17:00 y 21:00 horas, oportunidad en la que el imputado, que era pareja de la madre de la víctima, estuvo al cuidado de la niña cuando tenía 8 años de edad y cuando se quedaron a solas se dirigió a la cama matrimonial donde se encontraba sentada la niña, y tras golpearla con un cinturón, abuso sexualmente, con acceso carnal. Tras consumar el hecho, amenazó a la niña que no cuente nada de lo sucedido, amenazándola con que mataría a su madre.
En la sentencia, que fue ratificada por el Superior Tribunal, se concluyó que del relato de la menor víctima “sin hesitación alguna, muestra coincidencia general y necesaria y es adecuado sustentar vigorosamente la veracidad de sus dichos porque no sólo cuenta con la prueba objetiva de la violación en su propio cuerpo, sino que, además se desacreditaron mecanismos de fabulación, inducción, invención o manipulación, ni existe evidencia que la niña haya ideado sus relatos para perjudicar por despecho o alguna otra razón” al acusado.
Condena confirmada
En el recurso de casación, la defensora pública puso en duda la veracidad de los dichos de la menor víctima y, además, consideró que entre el relato de ésta y la de su madre, resultaron contradictorios. Para la Dra. Nebreda, el Superior Tribunal debía resolver por absolver a Mario Bogado.
Sin embargo, en el voto del juez Muchnik, al que adhirieron Löffler y Battaini, se expresó: La defensa intenta cuestionar la coherencia que el Tribunal le asigna a sendos relatos. Sin embargo, no puede coincidirse con tal afirmación. El relato de la niña víctima de abuso sexual, puede contener imprecisiones respecto a las circunstancias modales padecidas (tiempo y lugar) que de modo alguno implican su invalidez (tal lo reconoce la propia parte, sino que pueden ser correlacionadas con otros elementos probatorios que exhibe la causa y que sustenten la tesis de la acusación”.
Los jueces además expresaron que “la presunta contradicción manifestada por la casacionista, no se advierte como tal, pues el relato de la damnificada fue completado con el de la progenitora, y no contradicho por la misma. Pues, el principio de no contradicción se enmarca en las normas de la lógica, elemento esencial de la sana crítica racional”.
