Tenenesk canta toda la noche con el fin de curar a un pariente
EL 12 DE MAYO DE 1923

Tenenesk canta toda la noche con el fin de curar a un pariente

12/05/2022
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urante toda la madrugada Tenenesk, director de la ceremonia del Hain, hace oír sus canciones rituales, clamando por la curación de un pariente, aquejado de una enfermedad grave.
“Tenenesk había cantado desde las dos de la mañana hasta las siete. Al amanecer me había levantado del lecho, pero no me atrevía a comer en su choza el acostumbrado asado matutino, pues él ahora dormía. Por eso me dirigí a la choza de Inxiol, donde los cuatro hombres acurrucados alrededor del fuego me relataron todo lo ocurrido. Reproduzco aquí las palabras de Vasco, que merecen en parte ser consideradas como una exposición fundamental acerca de este tema: ‘Ayer al anochecer un muchacho trajo la noticia de que Meteten, el hermano de Toin (ambos son sobrinos de Tenenesk) había enfermado al poco tiempo de llegar al Puerto de Río Grande, proveniente de Río del Fuego. El viejo se sobresaltó. Comenzó su canto durante la noche, llamó a su wáiyuwen y le encomendó traer noticias exactas. El wáiyuwen se puso en camino y regresó pronto. Le dijo al viejo: ‘¡Meteten enfermó gravemente!’ El wáiyuwen tiene la facultad de observar si el mal es de naturaleza liviana o grave. El xon tiene la posibilidad de enviarlo a cualquier parte y el wáiyuwen le obedece de inmediato. Es cierto que el hechicero posee un fuerte poder de visión, con el que reconoce si una persona ha enfermado, pero si su intención es curarla, la persona debe ser traída a su lado y solo entonces puede determinar donde se aloja el kwake’”, narró Martin Gusinde esta experiencia, durante su participación en el Hain (Los indios de Tierra del Fuego).
El enviado de Tenenesk le informó que el mal que afectaba a su sobrino no había sido enviado por otro hechicero (xon) y “que ya había estado alojado desde hace mucho tiempo en su cuerpo, esto intranquilizó a Tenenesk”. Ni bien terminó con sus cantos, acotó que “si Meteten estaría en el campamento lo liberaría de su mal, pero así no es posible. Está demasiado lejos”.
El 18 de mayo, Meteten reapareció por el campamento y al ser preguntado por su enfermedad, respondió que desde hacía varias semanas no sentía ninguna molestia. Por lo que se dedujo que lo informado por el wáiyuwen había sido un error. A pesar de la contradicción, nadie le hizo algún reproche a Tenenesk, quien llamativamente al conocer la noticia, no manifestó ninguna sorpresa.

Autor : Bernardo Veksler
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