Un jefe policial se subleva y reparte armas entre la población
EL 17 DE MAYO DE 1919

Un jefe policial se subleva y reparte armas entre la población

17/05/2022
A

lrededor de esta fecha, el comandante de la policía territorial neuquina, Tomas Bello, se subleva ante el intento del gobernador de desplazar a varios comisarios, y distribuye armas entre los pobladores para resistir la medida.
El jefe policial había acumulado malestar desde su nombramiento y sostuvo varios roces con el Ejecutivo. “El enfrentamiento de mayor importancia entre el jefe policial y las autoridades de la Gobernación ocurrió en mayo de 1919, cuando el nuevo comandante se negó a desplazar a varios comisarios y subcomisarios a su cargo. Tomás Bello no solo desoyó esas órdenes sino que procedió a la militarización de la institución a su cargo, sumando vecinos a su causa, a los que le entregó armas y se los preparó para un enfrentamiento con los hombres de la Gobernación” (Gabriel Rafart. Tiempo de violencia en la Patagonia).
La rebelión policial auguraba una situación dramática. No obstante, “no llegó a mayores (…) El episodio terminó con la entrega de la jefatura a un oficial del Ejército y el consecuente restablecimiento del orden institucional”.
Este incidente no fue un caso aislado en la Patagonia. “La policía, al tener que subordinarse a dos instancias de poder –el Gobierno territorial y la Justicia letrada- vivía en el cruce de dos lógicas, que en más de una oportunidad creyó oportuno clausurar mediante el expediente de la desobediencia silenciosa o, aún más grave, por medio de verdaderos connatos insurreccionales. Estos levantamientos se producían por motivos muy diversos: celos entre funcionarios, desplazamientos no consentidos o bloqueo de promociones, nombramientos resistidos, retaceo en la colaboración y en la entrega de información, intromisión en las labores entendidas como propias, diferencias por adscripciones políticas siempre en tensión”.
Hubo “levantamientos encabezados muchas veces por los jefes policiales, destinados a poner límites a la autoridad de la Justicia Letrada, y otros dirigidos contra el Gobernador o el encargado de su despacho, como manifestaciones de descontento ante la remoción de sus cuadros superiores o frente al malestar por determinadas medidas. En no pocas ocasiones desobedecieron abiertamente a ambas autoridades, a las cuales les debían pleno acatamiento. En general, estos conatos de rebeldía no duraban demasiado. El orden se restablecía luego de la intervención del Gobierno Nacional” (op.cit.).

Autor : bernardo veksler
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