a gran California y la Tierra del Fuego fueron unidas en una travesía emprendida por dos argentinos y dos norteamericanos que arribaron a la cuidad del Fin del Mundo el lunes pasado, a bordo de un automóvil que en los últimos seis meses recorrió más de 10 mil kilómetros. Exhaustos pero felices de llegar a la meta, Matías, Valentín, Julio y Ulysses permanecieron sólo un día en la capital fueguina, puesto que este domingo piensan llegar a Brasil para festejar el año nuevo. En esta visita fugaz, los jóvenes no quisieron dejar de contar sus experiencias a el diario.
Los aventureros llevan compiladas más de ocho mil fotos, y cada uno ha tomando nota de los detalles del viaje. Desean plasmar esta experiencia en una pagina web y en un libro, que será una guía con recomendaciones para viajantes.
El tres de julio pasado salieron de Los Ángeles y desde entonces han recorrido toda Latinoamérica, con la finalidad –siempre– de "llegar hasta Ushuaia, el final de la autopista y pegar la vuelta", expresaron.
Asimismo, manifestaron que nunca olvidarán aquel momento, cuando pisaron por primera vez las postales que ofrecen los paisajes locales. "Veníamos escuchando Bob Marley, bajamos del coche, nos sentamos arriba de él, nos abrazamos, y casi lloramos de la emoción cuando vimos el cartel que anunciaba: Bienvenidos a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo", relató Matías Flores Rogel de 26 años. Tanto él como su hermano Valentín, de 22, son oriundos de la ciudad mendocina de San Martín, aunque hace 15 años viven en los Estados Unidos. Por su parte, Julio, de 25 años, y Ulysses Espinosa de 26 son hermanos e hijos de mexicanos, que siempre ambicionaron salir de su país para recorrer las culturas y realidades sudamericanas.
El proyecto fue ideado, hace más de diez años, en una clase de castellano. Como un presagio, Julio le dijo Matías que algún día recorrerían toda la ruta panamericana. Cuando encontraron el momento oportuno, no dudaron en concretar este plan. Los cuatro jóvenes terminaron la Universidad y el próximo año iniciarán un periodo de profesionalización. En enero volverán a su ciudad para retomar con los estudios. Señalaron que, aunque pensaban que éste era el último viaje juntos, están convencidos de que "será el primero".
Experiencias
El grupo de visitantes contó que, por momentos, la travesía se volvió utópica, pero siempre había uno que animaba al otro. Sus recorridos no tienen un fin turístico, sino que se sienten gratificados con "la cantidad y calidad" de personas que se han cruzado por este largo camino.
Ellos llevan consigo miles de anécdotas: desde lo banal, como haberse quedado sin gasolina; hasta haber padecido en Colombia de las agresiones de barras bravas de Boca Juniors, cuando el equipo jugó en ese país con Once Caldas. En ese país casualmente pudieron reencontrase con un amigo argentino que hacia varios años no veían, justo cuando uno de ellos abrió su correo electrónico y se dio cuenta que estaban a sólo cuatro cuadras de distancia.
En diálogo con el diario del Fin del Mundo, Matías expresó "después de ver tanta gente, culturas, familias, nos ha fascinado darnos cuenta lo parecidos que somos los latinoamericanos, más allá de las diferentes idiosincrasias de los pueblos". En ese sentido, manifestó que "todos tenemos los mismos problemas, las mismas aspiraciones, expresamos el amor, la bronca las metas de la misma manera, y eso es lo mejor del viaje", finalizó.
