Una historia que merece ser contada – Cuarta y ultima parte

La construcción del Paso Garibaldi y los primeros cruces

05/10/2006
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a Dirección Nacional de Vialidad, con la Financiación del Ministerio de Marina, licitó en 1948 la construcción del tramo de la Ruta Nacional Nº 3, entre Ushuaia y el río Tristen, la que fue adjudicada a la empresa SADOPYC S.A., la que designa como Jefe de Obra al Ing. Enrique Azzaro, para lo cual renuncia a Vialidad Nacional.
La obra se desarrolló hasta 1951, aunque el Ing. Azzaro se retiró de la empresa y de Tierra del Fuego en junio de 1950. A partir de la terminación de este tramo de la ruta, la construcción continuó por administración, produciéndose la unión física con las obras que se ejecutaban en la zona norte en noviembre de 1956.
Es necesario aclarar que al paso Garibaldi al que nos referimos es el que pasa delante de la Hostería Petrel, al que los antiguos pobladores y los que estamos en el que hacer vial, llamamos "Garibaldi Viejo" y por el cual actualmente no se circula.

Primeros vehículos en cruzar por el Paso Garibaldi

He podido apreciar una total coincidencia en toda la bibliografía que he consultado sobre que vehículos y sus conductores fueron los primeros en cruzar el Paso Garibaldi. La información es muy precisa al señalar que en Noviembre de 1956 y por sus propios medios recorre el trayecto del Paso el jeep perteneciente a Vialidad Nacional, legajo 7-WJ-47 conducido por Carlos Campos acompañado por el mecánico Charles Poccok Record, partiendo desde Ushuaia un Viernes a las 16,00 Hs, arribando a Río Grande el Sábado a las 02,00 Hs. De regreso los acompaño el vehículo propiedad de la familia Canga, constituyéndose en el primer automóvil particular en cruzar por el Paso Garibaldi. Se trató de una camioneta Buick de la década del 20, la que actualmente esta en nuestra ciudad en pleno proceso de restauración.
Dos días mas tarde llegó a Ushuaia un turista estadounidense en un jeep anfibio, uniendo en su travesía la ciudad de Alaska con nuestra ciudad, constituyéndose en el primer turista en cruzar el Paso Garibaldi por sus propios medios.

Conclusiones
 
Lo relatado aquí es una apretada síntesis de la historia del descubrimiento y construcción del Paso Garibaldi, basado en el relato dos de los principales protagonistas de su historia. Con ellos me une un pasado común: Somos ex agentes de Vialidad Nacional.
Sin duda esta circunstancia me posibilito tener el honor de haberlos conocido personalmente a ambos y estoy seguro que debo ser uno de los pocos que tubo el privilegio de haber escuchado de ellos relatar parte de lo que digo en esta nota.
En aquella época el unir las ciudades de Ushuaia y Río Grande fue una causa por la que lucharon mancomunadamente el Gobierno, Reparticiones, Instituciones y fundamentalmente sus habitantes, constituyéndose en un anhelo común, por lo que debemos reconocer que de una u otra forma todos ayudaron a obtener ese logro y quienes les debemos un justo reconocimiento.

Luis Garibaldi Honte y Enrique Azzaro

Con seguridad, gran parte de la actual población de nuestra provincia desconoce quiénes fueron Don Luis Garibaldi Honte y el Ing. Enrique Azzaro.
Según señala Domingo Gutiérrez, un historiador y recopilador de precisos datos en la zona, se cree que el sacerdote italiano llamado José Stroppa fue quien originó su nombre cuando Garibaldi contaba con 11 años.
Relata Gutierrez que "el cura que lo había tomado como secretario, en un cocoliche casi indescifrable le reclamaba que llevara el agua a la cocina… "Gare balde e tráiga l' acqua".
"Gare balde" se transformó en Garibaldi, y a su bautismo ya fue Luis Garibaldi.
Su madre fue una manekenk llamada Honte, que lo tuvo cuando apenas contaba con 16 años. El mismo Garibaldi ha reconocido la anécdota como válida a Gutiérrez. Y quizás por eso se hacía llamar Luis Garibaldi Honte, utilizando como segundo apellido el nombre de pila de su madre ona.
Según me relató Garibaldi en la charla que mantuvimos en la residencia de Vialidad Nacional de Río Grande, su padre fue encontrado por su mujer con un tiro en la cabeza, cuando al no regresar de una excursión de caza fue en su busca. Él creía que fueron buscadores de oro quienes lo mataron. Al quedar huérfano fue criado por su madre y su abuela.
Fue ella quién le hizo referencia de la existencia del paso que usaban los Onas para cruzar la cordillera.
Don Luis Garibaldi prestó servicios en varias oportunidades en la Policía Territorial y luego, por recomendación del Ing. Enrique Azzaro fue designado en la Dirección Nacional de Vialidad, con el cargo de Sobrestante, desempeñándose siempre en la zona de Río Grande. Sus muchos años de servicios le permitió jubilarse en esta repartición.
En Vialidad Nacional se gano el respeto y consideración de sus compañeros y de sus jefes, los que lo definieron como un hombre muy trabajador, de carácter parco, poco hablador y conocedor de la zona como pocos.
Fue un vecino reconocido, un ona asumido y hasta candidato a concejal por la Unión Cívica Radical en 1963. También le confesó a Gutiérrez en una entrevista que su verdadero nombre, tal como lo llamaba su madre aborigen, era "Paka".
Don Luis Garibaldi murió en 1981 en la ciudad de Río Grande. 
El Ing. Enrique Azzaro falleció en el mes de Enero del corriente año, a los 92 años de edad. Era reconocido como el decano de los ingenieros viales de la Argentina.
Transitó con todo éxito todas las vertientes de la actividad profesional: la administración pública, la empresa, la docencia, la consultoría y el ejercicio libre de la profesión, participando además, en las entidades que propugnan el desarrollo del camino, como la Asociación Argentina de Carreteras la Comisión Permanente del Asfalto y el Instituto del Cemento Pórtland Argentino.
Como docente fue un reconocido profesor en los cursos de grado de la Universidad Nacional de Buenos Aires y por sus méritos alcanzo la Dirección del Curso de Post Grado para Ingenieros Viales de la misma Universidad.
Ha dejado sus conocimientos y experiencias en diversos artículos técnicos, los que por su calidad fueron publicados entre otros sitios, en el libro "Reseña Histórica de la Asociación Argentina de Carreteras".
Una semblanza de su personalidad quedo resumida en el concepto que todos tenían de él: "Azzaro es un compañero mas de tareas, pues, aún mereciéndolo, nunca buscó ocupar cargos directivos y se lo ve todavía concurriendo a reuniones de trabajo y ya frisaba los 90 años".
Sus colegas, sus alumnos y quienes fueron sus colaboradores le rindieron un homenaje a su trayectoria profesional en octubre de 2004. También en esa oportunidad mostró su principal virtud, su calidad humana, su palabra de buen amigo y su inalterable sentido del humor.