yer se conmemoró el 103° aniversario del histórico rescate que la corbeta de la Armada Argentina "Uruguay" realizó en la Antártida, al acudir en ayuda de la expedición del científico sueco Otto Nordenskjold.
Aquel memorable día el navío argentino, comandado por el entonces teniente de navío Julián Irízar, encuentra en Snow Hill (isla Cerro Nevado) y en la isla Paulet a los integrantes de la expedición que dirigía Nordenskjold, y a los tripulantes del buque polar "Antartic", que se hallaban aislados en aquel continente, y emprende el viaje de regreso a Buenos Aires con todos ellos.
La corbeta "Uruguay", luego de ser designada para la operación de rescate, se alistó en los diques del puerto de Buenos Aires, y posteriormente partió desde Ushuaia el 1 de noviembre, y tras sortear los grandes peligros de los iceberg que abundaban en los mares australes, el 8 de noviembre de 1903 logró el contacto con aquel grupo de personas.
La expedición tenía como misión cumplir una intensa labor científica y había sido preparada por Nordenskjold desde 1901. Con el gobierno argentino se convino la provisión al "Antartic" de carbón y víveres frescos en el puerto de Ushuaia, previo a la partida hacia la zona antártica. A cambio, el científico sueco se comprometió a llevar, formando parte del personal técnico de la expedición, a un oficial de la Armada Argentina, quien tendría una participación directa en los trabajos que se realizarán. Bajo estas condiciones se resolvió el embarque en el "Antartic" del entonces alférez de fragata José María Sobral, quien se convirtió en el primer argentino en pisar suelo antártico.
El "Antartic", comandado por el capitán noruego Larsen, partió de Buenos Aires en diciembre de 1901, cumpliendo la primera parte del programa, estableciendo en Snow Hill, una isla situada en el Mar de Weddell, al este de la península antártica, la estación de invernada y regresando sin contratiempos al continente.
En octubre de 1902, la nave regresó a Ushuaia y luego de proveerse de carbón y víveres se dirigió al sur en los primero días de noviembre. Antes de hacerse a la mar, el capitán Larsen estableció el itinerario a seguir, previendo que si hasta abril de 1903 no regresaban se debería organizar una expedición de auxilio.
Precisamente durante el verano de 1903, cuando el "Antartic" se dirigía a buscar a los expedicionarios chocó contra el espeso bloque de hielo, hundiéndose. En abril, ante la falta de noticias, se dio la alarma mundial organizándose varias expediciones de rescate, entre ellas la argentina.
Mientras tanto Sobral, Nordenskjöld y otros cuatro suecos soportaron dos crudos inviernos polares en una modesta cabaña de madera en la isla Cerro Nevado (Snow Hill) a la espera del rescate.
El resto de los expedicionarios se establecieron en la Isla Paulet, donde construyeron una precaria choza con los elementos con que contaban y se alimentaron de focas y pingüinos ante la falta de alimentos.
Pese a estos embates, Nordenskjöld y el resto de los científicos realizó un gran aporte científico al hallar en la isla Seymour restos fósiles de animales prehistóricos.
El rescate tuvo gran repercusión internacional, como lo tuvo la destacada labor del teniente Irízar, además de la que realizó a lo largo de su carrera naval, por lo que en su memoria el rompehielos de la Armada Argentina lleva su nombre.
Casi cien años más tarde, una proeza de similares características le tocó nuevamente realizar a Irízar, pero en esta oportunidad siendo un rompehielos. El buque de la Armada Argentina asistió al barco multipropósito de bandera alemana "Magdalena Oldendorff", el 15 de junio de 2002. Esa embarcación, que se dedicaba al aprovisionamiento de bases antárticas, quedó aprisionada por el hielo antártico. A bordo viajaban 109 personas, de las cuales 71 eran científicos de la base rusa Novolazarevkaya, en el Círculo Polar Antártico. Había sido contratado por una sociedad de investigación rusa para llevar a los científicos de regreso a su país tras el final de su campaña, pero quedó rodeado por el hielo al norte de la base.
