Escuela Nº 22 Bahia Golondrina

Trabajadora denuncia persecución laboral y a un docente por maltrato a una alumna

14/11/2006
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ladys Olivera desempeña labores en la cocina de la Escuela Nº 22 de Ushuaia, y denunció que sufre una persecución laboral desde que su hija de 9 años, que asiste a la institución, recibió agresiones por parte de un profesor y, luego, su hijo mayor discutiera en forma violenta con el maestro en cuestión. La mujer formuló el cargo ante la policía provincial y la causa llegará a instancia judicial.
Olivera trabaja hace 13 años en la escuela del barrio Monte Gallinero, y además es vocal titular de ATE. Sostuvo que nunca antes tuvo inconvenientes laborales y negó que su hijo de 14 años haya concurrido a la escuela armado, cuando interceptó a Santiago Castro, el docente agresor; tal como afirmaban las autoridades de la institución. La denunciante manifestó que desde ese momento un grupo de padres y directivos comenzaron a juntar firmas para pedir su pase a otro ámbito de trabajo, y también de Juan Pérez, quien es su pareja y además cumple funciones en la escuela.
Olivera relató a el diario del Fin del Mundo que estos episodios comenzaron el 9 de noviembre pasado, aproximadamente a las 11 de la mañana, cuando la niña que cursa el 4º año, la alertó que fue maltratada por Castro, cuando se negó a entrar al aula de trabajo; ocasionándole signos de violencia en su brazo derecho. Inmediatamente, Olivera dio aviso a la directora de la escuela Norma Molina para que interviniera en el asunto, aunque no tuvo una respuesta favorable a su pedido. Detalló que personalmente se dirigió a hablar con el maestro, quien brindó las explicaciones del caso, aduciendo que la menor había mantenido un altercado con otra compañera. Gladys Olivera decidió retirar a su hija y llevarla a su domicilio, que se ubica a pocos metros de la escuela.
Poco después de haber regresado a su puesto de trabajo, contó que su hijo de 14 años se dirigió al establecimiento y agredió al docente con insultos y empujones, que cesaron cuando Pérez separó la gresca.
Si bien la mujer dejó en claro que de ningún modo avala el accionar del adolescentes, repudió que tampoco le dieran lugar al reclamo efectuado por la menor, puesto que la directora no intervino cuando se produjo la agresión contra la alumna. "Hicieron un acta con el maestro y a mí no me llamaron como madre, sino tres días después cuando lo solicité por escrito", apuntó Olivera.
En tanto, según lo expresado por la mujer, uno de los directivos, junto a Santiago Castro, también realizaron las denuncias formales, por lo que decidió proceder de la misma manera. Incluso dejó sentado el caso en la guardia del Hospital Regional Ushuaia, donde se expidió el mismo día del altercado un certificado que constataba la presencia de traumatismos en el brazo de la menor, "por presunto abuso físico".
Por último, la mujer anunció que dará lugar a la intervención de los gremios, y que insistirá en que su hija sea reincorporada al grupo de trabajo, ya que en los últimos días ha sido separada.