os personas que caminaban a la vera del río Pipo, en cercanías del camping, el sábado alrededor de las 14, fueron actores involuntarios del hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer, que se encontraba semisumergido en el lecho del afluente.
Ante tan macabra situación, las personas se comunicaron con la Policía, que acudió al lugar de inmediato, constatando que se trataba de una persona de sexo femenino, robusta, tez blanca, cabellos color rojo, uñas pintadas de color celeste, la que se encontraba desnuda, con botas con taco de color negro.
Con los datos aportados, los efectivos no dudaron de que el hallazgo podría guardar relación al expediente Nº 188/06 instruido en la Unidad Preventora de Minoridad y Familia caratulado "solicitud de paradero", dándose intervención a la mencionada dependencia. Asimismo los uniformados solicitaron la colaboración de la Prefectura Naval Argentina, quienes concurrieron al mencionado lugar con personal especializado.
Tras colocar unas guías de seguridad con sogas que atravesaban el río, ingresaron a las turbulentas aguas logrando extraer el cuerpo hacia la vera del mismo. Una vez en el lugar, efectivos de la División Policía Científica realizaron las pericias de rigor, siendo trasladado el cuerpo posteriormente a la morgue local.
Cabe señalar que la persona habida fue reconocida por Telésforo Palma como su concubina, quien en vida fuera Glenda del Carmen Hernández Hernández, de 49 años de edad, quien se ausentó de su domicilio el día 18 de octubre de este año.
Se habría tratado de un suicidio
El 25 de octubre pasado, rescatistas de distintas fuerzas de seguridad y de la Armada intentaron en vano localizar a Glenda Hernández, luego de hallar en un acantilado a la vera del río Pipo elementos y prendas de vestir de una mujer desaparecida una semana antes.
La búsqueda comenzó cuando Telésforo Palma denunció la desaparición de su esposa, Glenda del Carmen Hernández Hernández (49), de nacionalidad chilena, el 19 de octubre pasado.
La mujer se había ausentado alrededor de las 15.30 del 18 de octubre. En la solicitud de paradero se consignaba que era robusta, de 1,65 metros de estatura, tez blanca, cabellos largos hasta la cintura, color rubio claro. Vestía un suéter marrón, campera verde y bufanda celeste. De inmediato se montó un importante operativo teniendo en cuenta que los elementos hallados pertenecían a la mujer perdida; sin embargo, la pesquisa arrojó resultado negativo.
Entre otras cosas, en el lugar se había encontrado una campera, una bufanda celeste, una cartera, varios blisters de medicamentos vacíos, un paquete de cigarrillos y dos botellas de vino.
A un mes de su desaparición, todo indica para los investigadores que se habría tratado de un suicidio.
