Kayaks - Colaboracion Diego Insua

Travesía a Puerto Karelo 2007

11/04/2007
L

a travesía tuvo inicio en las instalaciones del Club AFASYN, el pasado 8 de abril a las 9.00 de la mañana nos juntamos un grupo de entusiastas de la actividad, con ganas de emprender un nuevo recorrido. En esta oportunidad, contamos con la presencia de kayakistas de Río Grande, entre los que se encontraba el presidente del Club Náutico Ioshlelk Othen de esa ciudad, Pablo Komer, acompañado en un kayak doble Weir por su esposa Maria Inés, también dijeron presente Juan Noto, el doctor Juan Carrillo y el infaltable "Lucho" Gamin. De la ciudad de Ushuaia César Pacchioni y quien les escribe, Diego Insua.
Zarpamos luego de acomodar todos los elementos necesarios para una travesía de estas características, todo distribuido lo más parejo posible en los kayaks. Debido a las condiciones cambiantes del clima en Ushuaia, no sólo era necesario contar con una buena indumentaria que nos resguarde del frío, sino que además trasladamos la comida, ropa de repuesto por si nos mojamos, un poco de carbón y leña para preparar un fueguito, y algunas bolsas de dormir por si el mal tiempo no nos dejaba volver y fuese necesario pasar la noche en alguna de las islas.
El objetivo era Puerto Karelo, ubicado en una de las islas Bridges, prácticamente enfrente de la ciudad de Ushuaia, pero tapadas por el Aeropuerto de Ushuaia. En dicho lugar suelen concurrir veleros y catamaranes para permitirle a la gente realizar una caminata en la isla, poder observar el panorama desde tierra y observar algunos concheros, antiguos asentamientos de los Yámanas, además de flora y fauna del lugar
Con viento Noroeste, prácticamente a nuestras espaldas, comenzamos la travesía poniendo rumbo hacia el Paso Chico, lugar donde la Bahía de Ushuaia se encuentra con el Canal Beagle.
Al llegar al paso, el viento continuaba siendo favorable y decidimos hacer una escapada hasta la isla Alicia donde encontramos un grupo hermoso de lobos marinos, los cuales ante nuestra presencia se arrojaron al agua y observaban nuestros movimientos sacando su cabeza completa, mirando esas cosas extrañas que se acercaban a su casa. También nos recibió una bandada de cormoranes los cuales despegaron de la isla y se pararon en otra que se encuentra a pocos metros.
El viento iba aumentando y nuestra inquietud también, luego de descansar y tomar unas fotos con nuestros amigos, decidimos emprender rumbo al refugio de Puerto Karelo el cual se apreciaba con claridad desde la isla. El inicio fue un poco complicado, el aumento del viento, las olas y nuestro rumbo obligado, hacia que recibamos la fuerza del agua por las bandas del kayak, es decir por los laterales, generando inestabilidad.
Luego de unos cuantos minutos de remada, en la cual todos nos observábamos para ver que no faltara nadie, llegamos al parador, dispuestos a preparar una comida reconfortante. Minutos antes de llegar a la isla de los lobos, Pablo y Maria Inés decidieron retornar ya que debían concurrir al mediodía a un almuerzo, así que vimos cómo poco a poco se alejaban, con las olas y el viento en contra.
El asador César preparo enseguida el fuego y al rato unas hamburguesas y choripanes eran almorzados por todos, sin olvidar previamente unos espectaculares mates y la picada con chorizo y queso, que poco duró en la improvisada mesa de tronco que hay en el lugar. Se sucedían anécdotas, comentarios, mientras observábamos la llegada de varios veleros dedicados al turismo, y el descenso de personas para caminar por el lugar y tomar unas fotos de recuerdo. Al rato, decidimos realizar también la caminata, para bajar la comida y ver alguna panorámica, desde el lugar más alto de la isla al cual accedimos luego de recorrer un sendero muy bien marcado.
Descubrimos que el viento no nos iba a abandonar en todo el día y que luego de ayudarnos a llegar, se cobraría revancha poniéndose en contra y siempre parejo y fuerte. Retornamos al parador, cargamos todos los elementos en nuestras naves y emprendimos el retorno, bajo la mirada de algunas personas que caminaban por el lugar. Y el viento soplaba muuuy fuerte, así que con mucho esfuerzo fuimos desandando metro a metro el canal, por momentos las algas molestaban para remar y el viento nos hacia retroceder, pero estábamos decididos a cumplir con nuestro objetivo.
Así fue, como luego de casi dos horas de remar con viento en contra, por suerte era norte, bastante cálido, arribamos al AFASYN, donde nos esperaban María Inés y Pablo, con cierta preocupación y cara de alegría al vernos retornar.
Luego de cargar los kayaks en el carro y recuperar un poco la temperatura con un buen baño de agua caliente, emprendieron el retorno a su ciudad, dejando abierta las puertas para una nueva aventura en kayaks, en alguno de los maravillosos lugares con los que contamos en nuestra querida y hermosa provincia.

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