Por falta de legislacion adecuada

Turberas en peligro

11/07/2007
L

as turberas, que son uno de los humedales más destacados y particulares que tiene Tierra del Fuego, no cuentan con una legislación acorde que regule su extracción, con lo cual se corre el riesgo de que sean destruidas aquellas que son más accesibles en la provincia.
En tal sentido, Rodolfo Iturraspe, jefe del Departamento de Manejos de Cuenca de la Dirección de Recursos Hídricos dependiente de la Subsecretaría de Recursos Naturales, recordó que los humedales son reservas de agua existentes en la plataforma continental y se pueden presentar en diversas formas.
Así, sostuvo que las turberas son un tipo particular de humedal, que "muchas veces no están correctamente valoradas como ecosistemas, las cuales tiene una gran importancia en la protección de los suelos, en lo que es la regulación del escurrimiento de las cuencas hídricas". Asimismo, anotó que "además tienen su importancia desde el punto de vista ecológico por la biodiversidad, ya que tienen una gran cantidad de especies que aún no están todas identificadas y estudiadas", teniendo en cuenta que hay turberas que están en zonas muy alejadas y con acceso muy complicado.

Un recurso no renovable

Por otra parte, indicó que las turberas son muy importantes desde el punto de vista de la pretensión del carbono: "la capacidad de las turberas para retener carbono es superior a la del bosque", agregando que "uno de los problemas de las turberas es la depredación de la que están siendo objeto, por parte de la explotación con fines extractivos". Así, manifestó que "de una vez por todas, en Tierra del Fuego tenemos que ponernos a evaluar hasta qué punto nos conviene continuar con la extracción, o por lo menos controlarla", porque es una actividad que "produce un daño irreparable sobre estos ecosistemas". Para graficarlo puntualizó que "no son como el bosque, el cual es talado y después crece, las turberas han demorado unos 10.000 años en formarse, por lo que no es una actividad sustentable", acotando que "la formación de la turba es de un milímetro por año, y cuando se interviene una turbera, donde se producen drenajes para poder hacer la explotación, la misma queda degradada y ya no tiene posibilidades de irse desarrollando".A su vez, remarcó que si se la extrae, deja de cumplir la función para la cual está en el lugar, que es la regulación hídrica del sector.
También anotó que "tienen un componente paisajístico que es fundamental para la característica de nuestro ambiente", por lo tanto "tienen una importancia turística, y por eso necesario que las mismas sean preservadas".

Falta una legislación acorde

De este modo, sostuvo que hay que comenzar a elaborar las normativas y pautas para la extracción de turba, ya que "es una actividad que está creciendo muchísimo y a la larga eso va a llevar a la destrucción de la gran mayoría de las turberas accesibles que hay en la isla".
Aclaró que hay una legislación nacional, donde son consideradas un mineral, "cuando en realidad son un ecosistema", y por eso están reguladas por la actividad minera, "donde se plantea una situación muy diferente que el de la ecología".
En ese sentido, insistió con la importancia de analizar "si es conveniente el hecho de incentivar a la actividad de extracción de la turba", aclarando que "los emprendimientos que ya están funcionando que lo sigan haciendo, pero hay que preguntarnos hasta qué punto es conveniente incentivar el asentamiento de nuevos establecimientos de ese tipo".