uando Hugo Cóccaro recorre la última etapa de su gestión gubernamental, la renuncia por jubilación que le presentara el ministro de Obras Públicas Omar Deluca obligó al mandatario a reacomodar su ya acotado equipo de colaboradores para cubrir rápidamente esa vacante. Para ello recurrió a Horacio Sosa. Su incondicional hombre de confianza venía desempeñándose al frente del Instituto Provincial de Regulación de Apuestas, por lo que ahora deberá resolver quién se hará cargo de manejar por los próximos 90 a 120 días el IPRA.
El desembarco de Sosa en el Gabinete no sería producto de una apresurada decisión gubernamental, sino de la necesidad de contar en ese área con alguien de confianza que garantice la culminación de la construcción de la escuela de Hotelería y Gastronomía de Río Grande, obra a la que Cóccaro definió como emblemática de su gestión, por lo que pretende inaugurarla antes de tener que entregarle el poder a su sucesora, Fabiana Ríos.
Pero la jugada también apuntaría a que Cóccaro se rodee de un fiel colaborador que pueda asumir el reto de gestionar tres carteras de manera simultánea, ya que las versiones indican que para fin de mes el ministro Vallejos solicitaría una licencia por dos semanas para poder dedicarse de lleno a su campaña como candidato a la Intendencia de Ushuaia. Ello obligaría a que Sosa, además estar al frente de Obras Públicas, deba subrogar Economía y Coordinación, carteras éstas que en la actualidad son manejadas por Vallejos.
