n pleno centro de Ushuaia esta semana abrió sus puertas El Viejo Lobo de Mar Apart Hotel, un paraje que propicia un ambiente distinguido para los visitantes de la capital fueguina. El edificio de cuatro pisos se yergue en la intersección de Godoy y San Martín con una torre fastuosa que, al mejor estilo montañés, luce en su fachada un reloj que ya es un ícono del microcentro capitalino.
Diseñado en calidad tres estrellas -el máximo en esta categoría- y con la atención personalizada que el turista se merece, El Viejo Lobo de Mar Apart Hotel dispone de nueve departamentos de primera categoría, de dos, tres y cuatro ambientes, que permitirán alojar a parejas, familias y grupos numerosos; logrando propiciar así un ambiente agradable para el público más exigente.
Inspirado en la visión de la familia Fernández Alzogaray, sus propietarios, que en los últimos 30 años se destacaron en la ciudad por desarrollar una intensa actividad comercial, el apart combina el diseño elegante y conservador de la náutica que remite a una parte de la historia familiar.
"El viejo Lobo de Mar" fue el ya desaparecido y entrañable Livio Fernández Alzogaray, recordado por su incansable labor al servicio de la comunidad y por su espíritu pujante, que supo pregonar en el seno de su familia. Popularmente conocido como "Cuicho", nunca estuvo vinculado a la actividad náutica, pero su aspecto físico a cualquiera podía hacer recordar a la figura de un gran capitán.
Su primer negocio estaba emplazado justamente donde hoy encuentra el apart, explotando el rubro de quiosco y librería. Asimismo, con el correr de los años y el crecimiento del turismo se fue inclinando a la venta de souvenirs y artículos para el turismo.
Livio Fernández Alzogaray hijo, gerente general de la firma, destacó a el diario del Fin del Mundo que "este proyecto familiar se viene gestando hace tiempo", puesto que "pudo concluirse después trece años de trabajo". Recordó que en una primera etapa se constituyó el primer piso, donde actualmente funciona una sucursal bancaria, y el exterior del edificio, y precisó que recientemente se han podido ultimar los detalles de este valioso emprendimiento.
Una opción exquisita
La construcción sólida se torna delicada con ventanales que dejan traslucir el amanecer al Canal Beagle y el paisaje de la ciudad. La decoración es sobria, clásica, con toques de rusticidad y un aire náutico. Posee un equipamiento de primera calidad en muebles, sanitarios amplios con bañeras con hidromasajes; servicios de televisión por cable, teléfono, DVD y conexión a Internet.
Entre los beneficios adicionales los huéspedes podrán acceder a un desayuno en la habitación sin cargo, delivery al departamento, asesoramiento turístico desde la recepción, lavandería con atención express, juegos de mesa, entre otras posibilidades. En ese sentido, el servicio busca demostrar que en un apart hotel se puede gozar de la libertad como en su propia casa, y también requerir los servicios de atención al huésped iguales al de un hotel. Los interesados podrán descubrirlo en Godoy 98 y considerarlo como una excelente opción para viajes de placer y negocios.
