Muestra en la Casa Beban

Las máscaras de Renata, de los Onas, del pasado

16/01/2008
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n la Casa Beban se abrirá hoy la muestra de máscaras de los pueblos originarios de nuestra región. La artista Renata Rafalak presentará sus trabajos a partir de las 20, cuando se realice la inauguración oficial de la exposición. Los vecinos y los turistas podrán tener un acercamiento a la cultura local de forma gratuita hasta el 10 de febrero.
"Estas máscaras se representaban solamente en la ceremonia de iniciación, tanto para Yámanas como para Onas, después no eran vistas en ningún otro caso. Son espíritus y cada uno tenía un nombre, un diseño y también un significado", comenta Rafalak. Y detalla que "los colores eran negro, rojo y blanco, los únicos colores que usaban; tenían relación sí con el origen del espíritu, es decir que de acuerdo a los colores que tenían sabían si provenían del norte, sur u oeste, eran los colores que determinaban la zona".
La artista llegó a la capital de Tierra del Fuego hace poco menos de unos 30 años, "como una cosa medio quimérica". "Era como lanzarse". Su familia, hasta entonces, vivía en Villa Gesel, y fue la conexión con el mar, su atracción, lo que la llevó a radicarse en la isla después de conocerla, allá por 1980.          
"Yo siempre explico que hace 20 años que hago máscaras, pero que tuve dos años de investigación profunda antes de ponerme a hacerlas, así, en forma oficial", dice la escultora. 
Tal vez como todo lo que atrapa al hombre con gran intensidad y por mucho tiempo, hubo algo de inesperado en la historia de Renata y su pasión por las máscaras que alguna vez utilizaron para sus rituales los primeros pobladores de estas tierras: "Fue sorprendente porque yo hacía arte también, pero de otro tipo. Siempre hice volumen, siempre me llamó la atención el volumen. Y estaba haciendo un poco de escultura y de pronto, por esas cosas que suceden, que no son casualidades, me llamaron para hacer una máscara porque tenía un antecedente de haber hecho otro tipo de máscaras", recuerda la artista sobre sus pasos iniciales.
Y sigue: "Era para un teatro que quiso representar parte de la ceremonia, y me encontré ante la sorpresa de que eran máscaras totalmente diferentes, sin ningún de antecedente de otro tipo, me puse a investigar y de ahí salió realmente la riqueza de la mitología, me enganché mucho, dejé todo lo que estaba haciendo y, a partir de ahí, me puse a investigar más, y ya después a hacer las máscaras".
La complejidad del trabajo manual para la creación de las máscaras pareciera ir en contraposición de esa estética simple, del misterio y la tradición de los verdaderos fueguinos, tan diferentes seguro a nosotros en la actualidad.
Así lo ratifica Renata, cuando señala que rara vez los alumnos logran avanzar en la realización de estás figuras que hoy representan memoria de la historia. Porque suelen abandonar en el intento.
Y acerca de esta muestra que comienza hoy, la artista advierte que "obviamente uno muestra siempre un poco de lo nuevo, que es la forma de mostrarse también", pero contrapone que su trayectoria de 20 años de trabajo con máscaras aborígenes también tiene como consecuencia que "los diseños son más o menos siempre a los mismos, y responden a los espíritus que usaban los aborígenes para su ceremonia de iniciación". 

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