Después de 5 meses de inaugurada la base llegaba un Hércules C130

Se conmemorarán 39 años del aterrizaje del primer avión de gran porte en Marambio

09/04/2009
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l próximo sábado, 11 de abril, se conmemorarán 39 años del primer aterrizaje de un avión de gran porte, como es el Hércules C-130, en la pista de la entonces base aérea Vicecomodoro Marambio (actualmente Base Marambio), en la Antártida Argentina.
El hecho se produce el 11 de abril de 1970, 5 meses después de que se inaugurara la base, una vez finalizadas las tareas de construcciones de las primeras edificaciones y de la pista con una longitud de 1.200 metros
El sitio de la Fundación Marambio señala que la Fuerza Aérea Argentina, en cumplimiento de las Políticas Nacionales Antárticas y en apoyo de los intereses nacionales e internacionales en el continente antártico, mantiene, con inquebrantable vocación de servicio, la capacidad operativa de volar en y hacia el Continente Blanco.
La acción de la Fuerza Aérea en la zona se remonta al 1 de diciembre de 1951 cuando un avión bombardero cuatrimotor Avro 694 Lincoln modificado, con la matrícula civil LV-ZEI y bautizado "Cruz del Sur", al mando del Vicecomodoro Gustavo Argentino Marambio, realizó un vuelo desde Río Gallegos, hasta la Base General San Martín, situada en el islote Barry, frente a la bahía Margarita, donde efectúo el lanzamiento de elementos de supervivencia, continuando su vuelo de reconocimiento hasta los 70º S, y regresando al aeródromo de salida después de 12 horas y 22 minutos de vuelo.
En el año 1952 la Fuerza Aérea continúa la tarea de sobrevolar y efectuar estudios para localizar posibles lugares de aterrizaje en el Sector Antártico Argentino, designando al vicecomodoro Marambio, como jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Tareas Antárticas.
En la década del '60 la Fuerza Aérea se empeñó en localizar una zona apta para habilitar una pista de aterrizaje destinada a la operación regular y continua con aeronaves de gran porte con tren de aterrizaje convencional, intensificándose esta tarea a principios del segundo trimestre del año 1969 con relevamientos aerofotográficos con aviones DHC-6 Twin Otter y reconocimientos desde aviones Hércules C-130, al igual que los efectuados desde el avión DHC-2 Beaver de la dotación de la Base Aérea Teniente Matienzo.

Comienza a plasmarse un proyecto fundamental

De los múltiples estudios realizados, se llegó a la conclusión que podría materializarse el proyecto sobre la meseta de 14 por 8 kilómetros que corona a 200 metros sobre el nivel del mar a la isla Seymour, que a partir del año 1956 tomó el nombre Isla Vicecomodoro Marambio.
Allí se procedió a la construcción de una base aérea con su correspondiente pista de aterrizaje, la que fue inaugurada el 29 de octubre de 1969, con el nombre de Base Aérea Vicecomodoro Marambio. De ese modo, la dotación antártica 1969/70, que había llegado a la recientemente inaugurada base, continúo la dura tarea iniciada por la "Patrulla Soberanía", construyendo instalaciones, prolongando y mejorando la pista hasta alcanzar a principios del mes de abril de 1970 una longitud de 1200 metros.
Con esta capacidad operativa, el día sábado 11 de abril de 1970 el avión Lockheed Hércules C-130H, matrícula TC-61, aterrizó con sus ruedas, permitiendo que a partir de entonces se opere normalmente durante todo el año con aviones de gran porte, haciéndolo hasta la fecha en forma regular e ininterrumpida, terminando con el mito de la incomunicación invernal en la Antártida de nueve meses.
Este vuelo se concretó luego de tres intentos frustrados por condiciones meteorológicas adversas, realizados los días 5, 9 y 10 de abril de 1970, despegando el vuelo inaugural a las 10 desde la Base Aérea Militar Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz, y aterrizando en la pista de tierra de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio a las 13.25 horas. El regreso partió a las 15.20, con aterrizaje en Río Gallegos a las 19.54.
Al abrirse una vía de comunicación aérea permanente con este continente, que era aislado hasta entonces en épocas invernales por las condiciones de los hielos en el mar; se dieron grandes posibilidades, no solo en lo que hace a la presencia Argentina en el territorio, con las actividades de investigaciones científicas y técnicas que se vienen realizando desde hace ya varios años, sino que permite cimentar la soberanía argentina, con hechos que antes eran imposibles de realizar.