Homicidio en la Pesquera Beagle

Sólo dos de los cinco detenidos prestaron declaración indagatoria

03/03/2010
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a jueza de Instrucción de Segunda Nominación de Ushuaia, María Cristina Barrionuevo, indagó ayer a los cinco detenidos por el presunto intento de robo a la Pesquera Beagle que terminó con el asesinado del sereno Héctor "Tito" Nenen, informaron fuentes judiciales.
De los cinco detenidos prestaron declaración indagatoria Fernando Daniel Villegas (18) y su hermano Diego Alberto Villegas (24). Los mismos habrían manifestado a la jueza no tener ningún tipo de vinculación con el hecho e inclusive habrían ofrecido testigos que podrían asegurar que entre la noche del sábado y madrugada del domingo, cuando se produjo el hecho, ellos estaban en su casa del barrio Monte Gallinero. No obstante deberán aguardar tras las rejas que se corrobore su versión teniendo en cuenta que por el momento continúan detenidos.
Cabe señalar que Claudio Fabián Borquez (35) (alias Mandinga), Maximiliano Ezequiel Marckovic (19) y Daniel Eduardo Villegas (23), éste último hermano de los anteriormente mencionados, se negaron a prestar declaración indagatoria. Al parecer el testimonio de una persona vinculada al ambiente policial los involucraría en el robo que terminó con un homicidio.
Por el momento Barrionuevo decidió que todos continúen presos a la espera de unas medidas judiciales que se han ordenado con el objeto de que se pueda confirmar o desvincular a algunos o todos los implicados.

Muerte a mazazos

Héctor Nenen, de 56 años, se desempeñaba como sereno de la empresa y, según reveló la autopsia, murió a causa de dos golpes que le propinaron con una maza. El hombre presentaba hundimiento de cráneo de dos centímetros, mostrando un impacto en la zona cervical (nuca) y otro en la región occipital.
Las presunciones investigativas indican que el sereno recibió un primer golpe y que ya en el suelo fue rematado con un segundo mazazo que terminó con su vida. No obstante resulta aún una incógnita si los golpes fueron recibidos sin que notase la presencia de su atacante o si tras identificar y advertir la presencia de los mismos, fue llevado al fondo del predio para ser asesinado.
Cabe señalar que la policía secuestró dentro del predio una maza en cuyo mango había rastros de sangre con lo que no quedarían dudas de que esa fue el arma homicida.

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