Editorial: Una barbaridad

18/03/2010
Por Fulvio Baschera

La habitual tendencia a perder los estribos por parte de la dirigencia del gremio de la educación volvió a quedar en evidencia.
En este estado de cosas, hasta resulta lógico suponer que cada día la solución al conflicto planteado, y que ya lleva contabilizados 14 días de clases perdidas, está lejos de arribar a buen puerto. Si la incoherencia que reflejan las declaraciones del secretario General del SUTEF es la misma que priva a la hora de establecer el marco de negociación, el fracaso es un éxito garantizado.
Durante la mañana de ayer, el señor Arce pretendió victimizar el accionar del gremio que representa echando mano a argumentos lisa y llanamente contrarios a los que sostienen las bases de un sistema democrático –léase golpistas– que holgadamente fueron mucho más allá de la genuina pretensión de obtener una mejora salarial o de la regularización del pago de aportes y contribuciones, o del llamado a paritarias, titularizaciones y tratamiento de la ley de educación.
Que ante el temor a consecuencias no deseadas la inacción de las autoridades constitucionales haya convertido en uso y costumbre la ilegal ocupación del espacio público, de edificios y de calles o rutas no significa que la legislación vigente haya sido modificada, por lo que esta realidad indica que cualquier inobservancia a la misma constituya una violación, cuya responsabilidad cae de pleno en la cabeza de una dirigencia que continúa demostrando no haber aprendido nada y que no tiene el más mínimo prurito en agitar el fantasma de la violencia, que cobardemente pretenden endilgar a terceros.
Como en muchas otras situaciones, la dirigencia gremial confunde el derecho que la ley les confiere a peticionar y a hacer huelga, con el creerse dueños de la propiedad pública, vulnerando el derecho de otros miles de ciudadanos.
Prisioneros de su propia incapacidad y carentes de ideas para encarrilar situaciones a partir de construir consensos, los dirigentes gremiales del SUTEF no satisfacen su patológica necesidad de protagonismo con discursos rimbombantes y hartantes declaraciones de paro sino que además cortan calles, cortan rutas y acampan donde les viene en gana, pretendiendo además aplicar el concepto de costo cero, es decir, hacen paro pero pretenden cobrar los días no trabajados, violan flagrantemente la ley pero denuncian persecución si se les indica que deben cesar en su accionar, en definitiva, una payasada, máxime si se tiene en cuenta el contexto en que se desarrolla la situación. Si los dirigentes del SUTEF pretende hacernos creer que son un grupo de desamparados tratando de lograr adhesión popular frente a un gobierno que dictó el decreto de titularizaciones, otorgó un aumento del 15%, no sumarió, sostengo que se equivocan.
Invocar a la violencia es un arma de doble filo, no hacerse cargo de las concecuencias que las decisiones adoptadas implican es una demostración de incapacidad, y decir las burradas que por estas horas hemos escuhado por parte del señor Arce es una barbaridad.

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