Hoy se realizan los alegatos y podría haber veredicto

Destacan la labor policial en el esclarecimiento del homicidio de Claudio Prada

25/06/2010
S
i el Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia arriba hoy a un veredicto condenatorio en la causa que investiga el homicidio de Claudio Omar Prada, mucho tendrá que ver la labor desarrollada en el caso por personal de la Policía de la Provincia, según destacaron durante el juicio fuentes de la parte querellante y de la Fiscalía.
Es que de acuerdo a la principal hipótesis, a Prada lo mataron de un disparo en la cabeza en el interior de su vivienda del barrio Río Pipo, el 19 de junio de 2009, y tres de los autores salieron de Tierra del Fuego rumbo a Santa Fe ese mismo día. Primero intentaron hacerlo en avión desde el aeropuerto de Ushuaia, pero como no consiguieron pasaje, viajaron por tierra hasta Río Grande y allí abordaron un vuelo a Buenos Aires.
Según la acusación promovida por la fiscal Karina Echazú, avalada luego por testimonios y filmaciones de las cámaras de seguridad de los aeropuertos, esas personas eran Héctor Caraffa (presunto autor material del homicidio) y los hermanos Gustavo y Maximiliano Farías (este último, todavía prófugo de la Justicia).
Los investigadores llegaron al domicilio de Prada y descubrieron su cuerpo sin vida, dos días más tarde, el 21 de junio. Y recién entonces comenzaron a desarrollar una compleja investigación que incluía ramificaciones dentro y fuera de la Isla.
Para cuando lograron demostrar que se había tratado de un crimen por encargo, producto de un ajuste de cuentas vinculado a la venta de un cargamento de droga, los sospechosos habían tenido demasiado tiempo para escurrirse por los suburbios de Santa Fe, el lugar donde residían habitualmente.
"Hay que bajarse de un avión y meterse en los barrios donde estuvo la policía fueguina preguntando por gente muy pesada, con una fotito en la mano", explicó a EDFM un familiar de Prada que destacó la labor policial sin ahorrar elogios.
Producto de esa tarea artesanal, los uniformados hallaron a Gustavo Farías en julio de 2009. No fue fácil detenerlo. Según reflejó la prensa santafecina, Farías conducía un VW color rojo, en la zona suroeste de la ciudad. Cuando personal de la policía local y de la fueguina logró identificarlo, huyó del lugar en compañía de una mujer. Durante la fuga fue atropellado un peatón, hasta que otra comisión policial logró interceptarlo.
Recién en febrero de este año, otra comisión policial enviada desde Ushuaia logró la detención de Caraffa en Santa Fe, dentro del barrio Centenario. De este modo, la Policía fue uniendo las evidencias hasta reconstruir un caso que visto desde el principio parecía muy difícil de resolver.
El cuadro probatorio se completó con la detención de Ángel Avanzato y Gustavo Zapata, las dos personas que según la acusación fiscal, prestaron colaboración a los santafecinos en la organización del crimen.

Hipótesis fiscal

De hecho, cuando hoy a las 9 en el edificio de Tribunales de Monte Gallinero, se escuche el alegato de la fiscal Echazú, la funcionaria judicial contará que los hermanos Farías y Caraffa llegaron a la ciudad en avión el 12 de junio, con identidades falsas y el objetivo de ejecutar un crimen por encargo. Dirá que el supuesto instigador del asesinato es Diego Pérez (también prófugo) y que Avanzato y Zapata participaron en el hecho alquilando vehículos y suministrando información sobre los movimientos de Prada por la ciudad durante la noche anterior a su muerte.
Echazú usará como evidencia el intercambio de llamadas telefónicas y mensajes entre los imputados, y la posición de sus teléfonos celulares en el horario previo al crimen, para inferir que Caraffa y Maximiliano Farías esperaron a Prada dentro de su casa, y que el otro Farías permaneció en el exterior suministrándoles información, para luego recogerlos y llevarlos al Aeropuerto.
"No caben dudas, la labor policial fue excelente y permitió esclarecer el caso", ratificó una fuente de la Fiscalía. Los jueces Roberto Magraner, Alejandro Pagano Zavalía y Maximiliano García Arpón escucharán hoy tanto el alegato fiscal como el de la parte querellante y el de las defensas de los cuatro imputados.
Con posterioridad, el tribunal oirá por última vez a los acusados antes de retirarse a deliberar y llegar a un veredicto. Recién en ese momento se podrá reconocer con una dimensión mayor si el trabajo de los investigadores evitó que la provincia prolongara su extensa nómina de crímenes impunes.

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