Realizaron ejercitaciones en Cerro Castor y en La Cotorras

Integrantes del BIM 5 se adiestraron en zona de baja montaña y monte austral

07/09/2010
E
fectivos del Batallón de Infantería N° 5 (BIM5), establecido en la ciudad de Río Grande, finalizaron el pasado fin de semana su etapa de adiestramiento anual en nieve y hielo, en baja montaña y monte nevado. El entrenamiento, que estuvo al mando del capitán de fragata Carlos Alfredo Grandi, se llevó a cabo en el ámbito de Las Cotorras y Cerro Castor, entre el 16 de agosto y el 4 de septiembre.
Según señala el portal La Gaceta Marinera, participaron 97 hombres, quienes contaron con el apoyo del Destacamento Naval Río Grande, en asistencia sanitaria, servicios generales y transporte. Además, el Batallón de Infantería N° 4, emplazado en Ushuaia, colaboró con equipamiento y elementos para las actividades en el terreno.
El adiestramiento fue rotativo para que cada hombre se instruya en técnicas de esquí alpino, esquí de fondo y uso de raqueta. También, se ejercitaron en construcción de refugios y patrulla en zona fría.
“El objetivo es que el hombre que se inició en esquí logre un nivel medio, el intermedio se perfeccione y el avanzado logre la excelencia; de ellos surgirán los nuevos instructores para el siguiente año, teniendo en cuenta los cambios de destino”, afirmó el jefe de Operaciones, teniente de navío Sebastián Carrasco. En ese sentido, se destacó al Cerro Castor un equipo por semana para instruirse en función de los siguientes niveles: inicial, medio y avanzado.
La instrucción fue coordinada por el suboficial segundo comando anfibio Víctor Álvarez, responsable del seguimiento y evolución de los hombres en cada categoría, quien manifestó que “nos enfocamos en que conozcan el equipo que tienen que usar, en técnicas de desplazamiento y equilibrio con uso de tablas”, dijo respecto del grupo de nivel inicial.
Previo a cada instrucción y a modo de soporte teórico, se les brindó una charla sobre el uso correcto del material y de cuidados del cuerpo ante posibles lesiones, acompañado de una entrada en calor. Asimismo, Álvarez explicó que “se usa la técnica del ski alpino para aplicarla en ski de travesía y marcha, dado que en el terreno no hay pistas pero si tienen que atravesar un obstáculo y cumplir con la misión”.
En lo que respecta a la supervivencia, el objetivo fue realizar diversos refugios según la situación hipotética con la que podrían enfrentarse en una marcha; como por ejemplo una tormenta de nieve. La particularidad de la práctica estuvo dada por la limitación en la cantidad de nieve, ya que fue una temporada con pocas nevadas.
Ante este condicionamiento, se utilizaron ramas extraídas de la zona, para lograr una mejor estructura, las que se cubrieron con nieve. También se utilizaron cortezas y troncos ahuecados de árboles sepultados bajo la nieve. Según aclaró uno de los instructores, además del ingenio también es vital el tiempo en que se construye el refugio porque con cada minuto expuesto a la tormenta se pierde calor y se expone la vida. En una situación real hay que hacer un refugio en el menor tiempo posible para salvaguardar al grupo, conservar el calor y tolerar la inclemencia sin riesgo.
De esa manera y al final de tres semanas, el batallón concretó la experiencia, obteniendo su capacitación en esquí alpino, de fondo, desplazamiento con raquetas, tablas y refugios en la nieve.