C
omo argentinos habitantes de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur damos a usted la bienvenida, valorizando su presencia, la que indudablemente demuestra la preocu- pación del Comité bajo su Presidencia por las prolongadas actitudes renuentes por parte de Gran Bretaña de dar cumplimiento a las resoluciones del más alto Organismo Internacional, consistentes en la exhortación a dialogar con nuestro país acerca de enclave colonial que dicha nación mantiene en territorio argentino; nos referimos, naturalmente, a nuestras Islas Malvinas. Como es públicamente conocido la situación se ha agravado en los últimos días, ya que la metrópoli colonial, en una conducta desafiante adopta un cariz armamentista que amenaza con alterar la paz en esta parte del Continente.
Por supuesto que adherimos plenamente al firme repudio expresado por nuestro Gobierno Nacional y Provincial, amen de la convicción generalizada de todo el pueblo argentino en el mismo sentido. Sumemos a lo dicho la prédica de las Organizaciones Internacionales, las que hasta ahora no han producido efectos concretos debido a la pertinaz negativa del país invasor. Como queda dicho, todas las manifestaciones expresadas en el plano diplomático son sistemáticamente desoídas por el imperio inglés. Nada lo detiene y avanza descaradamente en la explotación de recursos naturales como si fueran propios. Y hay algo más grave aún. Ahora, con el pretexto de realizar rutinarios ensayos militares, comienzan a mostrar el uso de armas.
Ante esto ¿nadie piensa que esta actitud es solo el preludio de un avance que se irá extendiendo sobre el mar argentino austral hasta llegar al Cabo de Hornos y más allá también, dominando de ese modo la estratégica conexión interoceánica? No se piense que este planteo sea exagerado. Gran Bretaña ha demostrado, a lo largo de los siglos, que sus ambiciones de dominio las concreta, tarde o temprano, por la vía que sea. Viene a cuento recordar aquí el antiguo aserto formulado por uno de sus más encumbrados dirigentes, que dijo: “Inglaterra no tiene amigos o enemigos permanentes sino intereses permanentes”. Nunca se apartaron de este principio deshumanizado; ¿por qué habrían de hacerlo ahora?
Pensamos que habrá que apremiarlos a que lo hagan. Por ello nos tomamos la libertad de plantearle, habida cuenta de sus altas funciones, que por medio del Comité de Descolonización, mas el consenso de la comunidad y sus Organizaciones se endurezcan las medidas para que, sin el uso de armas, se fuerce a la potencia intrusora a abandonar sus planes y se le impida realizar en un territorio que no le pertenece, acciones como la que estamos padeciendo.
El nuestro es un pueblo pacífico, trabajador, que quiere recuperar lo que le pertenece, sin tener que vivir la zozobra provocada por las ambiciones de una Nación colonialista que no repara en medios, por traumáticos que sean, para lograr sus fines.
Agradecemos su presencia y lo saludamos atentamente.
