Fue realizado por una unidad de la Aviación Naval Argentina en diciembre de 1947

Se conmemoraron 53 años del primer vuelo argentino sobre la Antártida

13/12/2010
E
l pasado lunes se conmemoraron 53 años del primer vuelo de un avión argentino sobre el sector antártico, efectuado por un avión cuatrimotor Douglas C–54 Skymaster, matrícula 2–GT–1, de la Aviación Naval.
El 13 de diciembre de 1947, un puñado de marinos argentinos, bajo el comando del contraalmirante Gregorio Portillo, cumplieron esta hazaña, con heroísmo e intrepidez, en una acción de pacífica ratificación de nuestros derechos jurídicos sobre ese inmenso territorio, señala el portal de la Fundación Marambio.
La planificación de este vuelo demandó, en los más diversos aspectos, consecuentes estudios y metódica preparación para acondicionarse a la realidad que debía afrontarse, de modo que los riesgos fueron cuidadosamente calculados.
Entre los objetivos de esta empresa se puede mencionar la posibilidad de demostrar que las comunicaciones aéreas entre ambos continentes, tanto el antártico como el americano, son factibles mediante el conocimiento de la meteorología antártica, a fin de evitar las perturbaciones ciclónicas, especialmente sobre el Drake, región atravesada por frecuentes depresiones y una de las más tormentosas del mundo, donde el viento sopla con intensidad de huracán. Para la expedición aérea se planeó la posibilidad del sobrevuelo de las zonas de Bellingshausen y de Weddell, condicionadas a las circunstancias reinantes.
El objetivo que siguió al planteo meteorológico respondía a una finalidad geológica, relacionada con el aspecto físico del continente, representado por las características de la meseta antártica, de 2.500 a 3.500 metros de altura, y las enormes formaciones de hielo terrestre que se vuelcan en los mares que los rodean.
Estas condiciones fijan la modalidad de navegación en el mar helado, y en ese aspecto de la expedición, la cartografía disponible jugó un papel importante en el planteo del vuelo y dio lugar a severas comprobaciones.
Quedaron demostradas, una vez más, las posibilidades y la conveniencia indiscutible del empleo del avión como elemento básico de todo levantamiento y estudio geográfico, desde que él permitirá la obtención en forma rápida, económica y completa de aquella vasta región desconocida y de difícil acceso.
En el transcurso del vuelo se comprobó la proximidad de la estratosfera a la tierra por lo cual la Antártida resulta envuelta en un manto caliente, lo que da lugar a una inversión de temperatura. En efecto, aquella tiene solo un quinto del ancho que posee el Ecuador.
Esta comprobación realizada permitió volar a una altura donde la temperatura era más moderada que en la superficie.
La intercomunicación entre los continentes, relacionados con la zona polar, tiene su trayectoria más corta en las regiones de la Antártida, lo cual dio lugar a observaciones cuidadosas en el transcurso del vuelo.
El estudio detallado de las expediciones realizadas, permitió establecer una serie de objetivos que, relacionados con esta expedición, llevó a formular cuestiones que encarar en el futuro mediante el empleo de medios apropiados.
Así, por ejemplo, es de importancia determinar el verdadero perfil costero en una zona helada, a cuyo efecto el empleo del magnetómetro aerotransportado, con el auxilio de modernos radares, permitirá conocer la naturaleza rocosa del suelo a través de la capa de hielo que lo cubre.
La Antártida es un campo de acción y de luchas contra las tormentas, las distancia, el frío, la soledad y el hambre, factores que han influido en la preparación del vuelo, y bajo este influjo se preparó la expedición en el sentido de prever la contingencia de una caída al mar o un descenso en las regiones heladas.
Botes salvavidas equipados convenientemente, elementos para facilitar la movilidad en el mar helado y víveres que respondían a las condiciones de la Antártida, complementaron la preparación del vuelo. El avión fue equipado con instrumental destinado a la navegación en las condiciones más rigurosas posibles.
Los verdaderos beneficios que dejó el vuelo radican principalmente en los estudios que debieron realizarse para afrontar los diversos aspectos de la cuestión. Se hicieron amplias y muy completas observaciones de diverso orden.