Se realizó un día como hoy, con aviones anfibios “Catalina” de la Armada Argentina

A 59 años del primer servicio postal entre Argentina y sus bases antárticas

06/02/2011
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l 7 de febrero de 1952 se efectuó el primer vuelo desde Bahía Blanca, con escala en Río Grande, y el sector antártico, utilizándose dos aviones anfibios “Catalina” de la Aviación Naval Argentina. Esta hazaña se constituyó un hito de la aviación mundial, y gracias a ella se estableció el servicio aeropostal naval entre la Argentina y sus bases antárticas.
El 22 de enero de 1952 se creó la primera Estafeta Aeronaval argentina, a instancias del Ministerio de Marina. Su finalidad era la de transportar correspondencia entre las bases antárticas argentinas y el continente de manera regular. Rápidamente, el 29 de enero de ese año se designó como encargado ad honorem al capitán de fragata de la Aviación Naval Pedro Iralagoitia, recuerda el sitio web de la Fundación Marambio.
Inmediatamente, la escuadrilla conformada por los aviones Catalina decoló de la Base Espora, en Bahía Blanca, rumbo a Río Grande.
En esta ciudad fueguina se estableció la base de operaciones. Además de los dos aviones mencionados, el grupo de trabajo estaba integrado por las fragatas ARA “Hércules” y ARA “Sarandí”, ubicadas en el Pasaje de Drake. Ambas unidades estaban encargadas de proveer informes meteorológicos y emitir señales de radio para los radiocompases de los “Catalina”.
Así, el 5 de febrero de 1952 los aviones partieron a cumplir su misión, pero por el mal tiempo imperante, tuvieron que volver a la base. Por eso aguardaron hasta el 7 de febrero, a las 10 de la mañana, cuando decolaron al fin. Cinco horas y media después acuatizaron en el Puerto Foster de la isla Decepción. Allí se hizo la ceremonia de inauguración de la estafeta, cuando con el matasellos correspondiente se empezó a sellar la correspondencia.
Las aeronaves utilizadas fueron fabricadas por la empresa Consolidated Aircraft Corporation de los Estados Unidos, aunque los adquiridos por la Argentina se había construido en Canadá y reacondicionados en los Estados Unidos. Fue el avión de patrulla marítima bimotor más fabricado de todos los de su tipo para la II Guerra Mundial, lo que da cuenta de su eficacia y operatividad.
El primer “Catalina” de la Aviación Naval Argentina fue adquirido a un particular, quien arribó al país con el avión en 1946. Así, durante 1949 se crearon dos Escuadrillas de Patrulleros con asiento en las bases aeronavales de Punta Indio y Comandante Espora. La disponibilidad de una aeronave relativamente moderna y de gran radio de acción, permitió encarar tareas de exploración, salvamento y patrullaje costero, permitiendo el adiestramiento de gran cantidad de tripulaciones de vuelo.
Con los “Catalina” se instauró la política de los aviones denominados de “estación” en Ushuaia y Río Grande, así como efectuar de manera casi rutinaria las operaciones de aeronaves en territorio antártico.
Tenían 19 metros de largo, 31 de envergadura y 6 metros de alto. Contaba con una tripulación de 8 personas y su planta motriz estaba conformada por dos motores radiales Pratt & Whitney R–1830–92 Twin Wasp de 1200 HP cada uno, que alcanzaba una velocidad máxima de 282 kilómetros por hora y una velocidad de crucero de 182 kilómetros por hora. Con carga máxima tenía un alcance de 3.782 kilómetros.