La Justicia dictó procesamiento y prisión preventiva

Indagan hoy al joven detenido por el crimen de Mabel Almada

18/07/2011
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a jueza de instrucción María Cristina Barrionuevo ampliará hoy la declaración indagatoria de Javier Gangas, el joven de 29 años detenido el fin de semana en Puerto Madryn, Chubut, como principal sospechoso de haber cometido el crimen de María Mabel Almada, ocurrido en Ushuaia el 27 de agosto de 2004.
Barrionuevo dictó en las últimas horas el auto de procesamiento de Gangas como probable autor del homicidio, y dispuso la prisión preventiva que se cumplió con la detención del hombre en su lugar de residencia y con el posterior traslado a la capital fueguina.
Fuentes judiciales confirmaron que el resultado de una prueba de ADN realizada sobre distintos elementos que se encontraban dentro de la causa judicial que acumula veintiséis cuerpos en la actualidad, se constituyó en un elemento fundamental para incriminar al único detenido que ahora tiene el caso.
Sin embargo, las fuentes pidieron reservar otros detalles del curso que tomó la investigación hasta tanto Gangas sea indagado y pueda hacer su descargo sobre el hecho que se le imputa.
La jueza procesó directamente al sospechoso porque este ya había sido indagado con anterioridad y se había resuelto su situación como falta de mérito, por no encontrar pruebas ni para procesarlo ni para sobreseerlo. El resultado de la prueba genética cambió el escenario y convenció a los investigadores de que podría estarse ante el autor “prima facie” responsable del homicidio.

Segunda detención

Almada tenía 24 años y ejercía la prostitución. El viernes 27 de agosto de 2004 respondió a un llamado telefónico cerca de las 21 y desde entonces no volvió a saberse de ella, hasta que su cuerpo apareció tirado sobre la costa del Canal Beagle, a la altura de la planta de Bencer CM. Tenía huellas de haber sido golpeada en la cabeza con un cuchillo de tamaño considerable o con un hacha.
Cuando el caso comenzó a ser investigado por la Justicia, produjo una usina de rumores que vinculaban la muerte de la chica con funcionarios públicos o personas del entorno del ex gobernador Jorge Colazo. La especie se alimentó por el hecho de que en la lista de llamados telefónicos habituales que recibía Almada figuraban personas conocidas, algunas ligadas con la política. Pero la hipótesis de que el crimen podría estar relacionado con esos clientes de la chica se fue desvaneciendo con el paso del tiempo.
“Si algún funcionario aparece en la sábana que se joda”, llegó a decir el fallecido ex ministro de Gobierno Enzo Filosa, cansado de que la prensa le preguntara sobre el tema.
Gangas, quien en el momento del asesinato tenía 22 años, ya había sido detenido en Puerto Madryn junto a otro joven en agosto de 2005.
Por entonces lo inculpaba la declaración de un preso, Walter Wusinowski, quien había dicho que durante una reunión de la que participaron ambos, Gangas le había confesado el crimen de Almada.
Sin embargo, esa acusación perdió sustento porque se conoció que Gangas había sido testigo en un juicio oral y público en contra de Wusinowski, en una causa donde se investigaba al reo por el robo perpetrado en la casa de un pariente del ahora acusado del homicidio.
De esta forma, se especuló con que la declaración del preso podría haber sido fruto de una venganza y la supuesta evidencia perdió fuerza.
Gangas figuraba entre los llamados frecuentes de Almada y había reconocido ante la Justicia que ambos se trataban con asiduidad. Inclusive admitió que horas antes de la muerte de la mujer habían conversado por teléfono. Pero siempre se declaró inocente y negó cualquier tipo de vinculación con el asesinato.
Antes de que el juez subrogante Javier de Gamas Soler le dictara la falta de mérito en 2005, el padre de Gangas y su abogado, Raúl Paderne, hicieron declaraciones públicas en las que se refirieron al desmesurado operativo realizado en Puerto Madryn y a la exagerada fuerza de verdad que se le había dado a los dichos de un preso, que además tenía intereses creados.
Mario Gangas, padre de Javier y dueño de comercios en la ciudad, habló por entonces de un “manoseo” de la Policía y dijo que le habían “dado vuelta su casa” sin mayores explicaciones.
La investigación por el crimen de Almada ingresó luego en un período de pocas novedades públicas hasta ahora, seis años después, en que Barrionuevo recibió el resultado de la prueba de ADN y se convenció de la presunta culpabilidad del joven que hoy será indagado por segunda vez.

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