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n horas de la mañana de hoy se llevará a cabo un acto para recordar la tragedia del buque rastreador de la Armada Argentina “Fournier”, que el 22 de septiembre de 1949 se hundiera en los canales fueguinos, cuando regresaba a Ushuaia desde Río Gallegos. La ceremonia tendrá lugar en el monumento que se encuentra en el acceso al muelle militar de la Base Naval Ushuaia, en Prefectura Naval Argentina y Yaganes
El hundimiento en los canales fueguinos y la búsqueda
La historia de aquel hecho nos remonta al 16 de septiembre de 1949, cundo la nave zarpó de Ushuaia rumbo a Río Gallegos, tomando los canales fueguinos y arribando a ese puerto al día siguiente. Después de permanecer en aquel puerto durante tres días y aprovisionarse de víveres, el rastreador inició lo que fue su última singladura.
La nave zarpó el 21 de septiembre, en un viaje de rutina hacia Ushuaia, su base temporal de operaciones mientras permaneciera como “buque de estación”. Para realizar la travesía, su comandante optó por tomar la ruta de los canales fueguinos.
Según señala la información en el portal de noticias de la Armada Argentina, La Gaceta Marinera, el “Fournier” era esperado en Ushuaia después del día 22 y, al no tenerse noticias del mismo, fue destacado un avión de la Gobernación hacia la zona donde podía haber navegado el rastreador. La exploración no se realizó con buques ya que no se contaba con las cartas actualizadas. Al transcurrir dos días sin noticias ni contactos con el navío, el Comandante de la Zona Naval Marítima ordenó a la Fuerza Aeronaval de la Zona que destacara una unidad para cooperar con la búsqueda aérea ya que el avión de la gobernación no obtuvo resultados. A partir de ese momento se ordenó la formación de una patrulla de exploración formada por remolcadores, fragatas y aeronaves para ubicar al rastreador o, en el peor de los casos, hallar los restos de un naufragio.
Se exploró con buques por la derrota en los canales fueguinos y, con aviones navales las bahías, senos, pasos y caletas del archipiélago sobre una derrota normal y probable.
A pesar de las tramitaciones realizadas por la Cancillería argentina con su par chilena para permitir el vuelo de aviones navales sobre los canales fueguinos, dos unidades argentinas fueron obligadas por aviones chilenos a aterrizar en Punta Arenas. Superado este inconveniente diplomático los aviones navales esperaron la mejoría de las condiciones meteorológicas para seguir su búsqueda.
Una vez arribadas a la zona del probable accidente del “Fournier” las naves de superficie y los aviones de la Armada Argentina comenzaron la búsqueda, pero las condiciones meteorológicas imperantes no permitieron abarcar una zona más extensa. En base a las suposiciones, fueron destacados buques a los canales fueguinos; la boca oriental del estrecho de Magallanes y cercanías del Cabo de Hornos.
El día 3 de octubre, de aquel año, la estación de comunicaciones transmitió que un avión argentino había avistado restos de un naufragio en Punta Cono, ante esta novedad fueron destacados los buques “Bahía Blanca” y “Sanavirón” hacia ese punto. Ese día, durante la tarde, se encontró en esa área dos lanchas rotas del Fournier, un cuerpo no identificado y un salvavidas. A partir de este hallazgo se comenzaron a enviar naves hacia la zona probable de naufragio. De los relojes encontrados en dos cuerpos se observó que estaban detenidos a las 04:20 y 04:25, presumiéndose que el accidente se produjo minutos antes.
A los cadáveres hallados por un poblador chileno, frente a la caleta Zig–zag, se la sumaron dos cuerpos hallados por las naves argentinas a orillas del canal San Gabriel. La base de la Fuerza Aérea Chilena en Bahía Catalina informó al “Lautaro” que en la película tomada por un vuelo de exploración aparecía en forma difusa algo que parecía ser una balsa con varios cuerpos en su interior. Una patrulla enviada por el buque chileno halló a 20 metros de la playa un bote con cinco cuerpos sentados en la borda, con los pies hacia adentro, abrazados y acurrucados unos contra otros. Los cadáveres estaban vestidos con capote y ropa de abrigo, pero a pesar de ello su piel estaba ennegrecida por el intenso frío. Los cuerpos fueron trasladados al “Lautaro”, que tomó rumbo a Punta Arenas.
Personal de la Armada chilena y del buque argentino “Sanavirón” montaron guardia en la capilla ardiente y en la mañana del día 6 de octubre se realizó un solemne funeral con la asistencia de las autoridades navales, militares y civiles de Punta Arenas.
Recibimiento de los fallecidos en Buenos Aires y la congoja popular
Los diarios del día 5 de octubre dieron a conocer a la población la comunicación del Ministerio de Marina sobre el hundimiento del rastreador “Fournier”. El Poder Ejecutivo Nacional dispuso, mediante un decreto, que se declarara el duelo nacional por tres días, suspendiéndose el tedeum y actos programados para el 12 de octubre. Asimismo se ordenó la organización del homenaje a la llegada de los cuerpos de los tripulantes hallados y que la bandera nacional permaneciera a media asta durante 3 días.
El reconocimiento hacia los desaparecidos del rastreador cobró dimensiones nunca vistas ante una catástrofe nacional, de hecho el homenaje siguió a través del tiempo materializado en sellos postales, monumentos, estaciones de ferrocarril y líneas de transporte urbano. El pueblo argentino se adhirió al dolor causado por el naufragio, calificado por los medios de prensa como “más grande pérdida sufrida por la Marina de Guerra”.
Su incorporación y actividades
Esta unidad era el segundo buque de la Armada Argentina con ese nombre, recordaba a César Fournier, marino francés que luchó bajo el pabellón de las Provincias Unidas del Río de la Plata durante la guerra de la independencia y contra el Imperio del Brasil. La nave había sido botada el 5 de abril de 1939 en los astilleros San Fernando y formaba parte de una serie de rastreadores fabricados en el país que sirvieron en la Flota de Mar de la Armada Argentina. El “Fournier” comenzó sus actividades en la Marina el 13 de octubre de 1940, pasando a integrar la Escuadrilla de Rastreo y Minado de la Base Naval Puerto Belgrano. Su primer comandante fue el teniente de navío Ernesto Del Mármol.
Desde 1948 integró la División Rastreadores de la Zona Naval Marítima. En marzo de 1949 asumió el comando de la nave el capitán de corbeta Carlos Negri. En agosto de ese año, como en todo su tiempo de servicio, el Fournier fue destacado “de estación” en Ushuaia a fin de efectuar tareas de apoyo. Algunas de las instrucciones dadas a su comandante el 18 de julio de 1949 eran realizar períodos de seis días de “Reconocimiento” consistentes en patrullado, vigilancia, control de caza y pesca marítima, operaciones de registro y ayuda a los pobladores alejados de Ushuaia.
Se conmemoró el 105º aniversario del fallecimiento del comodoro Augusto Lasserre
Con la presencia de representantes de los tres poderes del Estado provincial y autoridades municipales, la Armada Argentina recordó un nuevo aniversario del fallecimiento del Comodoro de Marina Augusto Lasserre.
El acto se realizo en la instalaciones del gimnasio de la Base Naval y fue presidido por el Subjefe de la Base Naval, capitán de navío Luis Ossinalde, y estuvo acompañado por representantes del gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego; del Ejecutivo municipal de Ushuaia, y de las Fuerzas Armadas y de Seguridad como así también de invitados especiales.
Lasserre fue vital en el génesis de la fundación de Ushuaia y protagonizó un rol central en el devenir de la historia nacional y en particular en esta región austral. El prócer naval comandó en 1884 la División Expedicionaria al Atlántico Sur, que tuvo a su cargo la instalación de las Subprefecturas en Isla de los Estados y en Ushuaia, así como la construcción y puesta en servicio del faro San Juan del Salvamento, en la mencionada isla. |