Caso Alba Torres

Promete nuevas revelaciones y nombres de los supuestos responsables

03/11/2011
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esde la dictadura hasta la gobernadora Fabiana Ríos, desde 1993 hasta 2011, desde Argentina hasta España y desde un presunto delito de lesa humanidad hasta un famoso torero de Sevilla.
El caso de Alba Torres, la mujer que denuncia la sustracción de su hijo en Río Grande, al poco de haber nacido, tiene todos los ingredientes para ser calificada como increíble. Y lo más llamativo es que lejos de haber concluido, la historia promete nuevos capítulos y revelaciones rimbombantes.
Tras su reaparición en los medios de prensa locales, la mujer acaba de anunciar que dará una conferencia de prensa en Ushuaia y que presentará pruebas, como un estudio de ADN, para acreditar la maternidad sobre su hijo que ahora vive en España y cumplió 18 años esta semana.
Además, se especula con que a través de sus abogados se revele el nombre de los médicos, presuntamente ligados con el último régimen militar, que habrían utilizado para robar al bebé la misma metodología usada por la dictadura.
Torres dio a luz a su quinto hijo el 2 de noviembre de 1993, en su casa riograndense y asistida por el médico Mario Feullade. Su esposo, Héctor González, no estaba presente.
La mujer sostiene que Feullade se llevó al bebé a su clínica privada con el argumento de que presentaba un problema cardíaco y debía colocarlo en una incubadora. Cuando la madre acudió al centro médico, ese mismo día, le informaron que el niño había fallecido, aunque se negaron a entregarle el cuerpo y tampoco el certificado de defunción.
Después de tres días, los padres realizaron la denuncia policial y judicial. Torres dice que por ese tiempo había mucho miedo y nadie quería meterse con Feullade, y que después de una extensa investigación, la causa fue cerrada y el médico sobreseído, antes de morir de un infarto en 1998.
La madre del pequeño no se rindió nunca y comenzó a investigar por su cuenta. Ahora asegura que la criatura fue sacada por avión hasta Río Gallegos, luego llevada a Buenos Aires, Rosario y Roque Saez Peña, en la provincia de Chaco, antes de su traslado a Sevilla donde comenzó a ser criado por un matrimonio que lo adoptó en la Argentina. La pareja española está formada por el torero Ángel Peralta Pineda y Encarnación Rizo.

Un largo recorrido

En una recreación del caso publicada en el diario Página 12 por el periodista Carlos Rodríguez, en 1999, se menciona que el bebé habría sido inscripto en Rosario como hijo legítimo de Lorena Paola García, una joven estudiante de medicina que trabajaba en un supermercado de Tigre. En la maniobra habría intervenido el escribano rosarino Malcolm Gibbons y la obstetra Elba Montiquín.
García adujo que el niño era hijo suyo y que lo había entregado en adopción en forma legítima, “por propia voluntad” y sin que mediara dinero. Sin embargo, los padres de la mujer, Francisco y Elena García, declararon que ella nunca estuvo embarazada, lo mismo que dijeron compañeros de trabajo de la joven.
Siempre según la reconstrucción de los hechos que avala Torres, el juez chaqueño Juan Zaloff Dakoff habría concedido la adopción al matrimonio español, algo que también sería irregular porque la adopción de niños a padres extranjeros estaba prohibida por ley.
Página 12 informó que el magistrado fue sometido a un jury de enjuiciamiento, pero fue absuelto por el Consejo de la Magistratura, junto con los fiscales Nilda Casalino y Hugo Movrin y los defensores José Giménez Ortega y Nélida Agnello.
El nuevo dato revelador para el caso se produjo el 9 de noviembre de 1994, cuando en la tapa de la revista española Hola, apareció la noticia de que un torero presentaba a su hijo llegado del sur de la Argentina. El niño era llamado Carlos Peralta Rizo, y el parecido con los hijos de Alba Torres a la misma edad era evidente.
A partir de entonces, el juez de Rosario Luis María Caterina comenzó con una serie de exhortos al juzgado de Sevilla, en España, a cargo de la jueza Pilar Ordóñez, para lograr que el niño se sometiera a un examen de ADN. Desde esta etapa, Torres cuenta con el apoyo de la presidenta de Abuela de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
La mujer riograndense sostiene que el ADN se hizo en 2002 y dio positivo, y que desde antes de esa fecha mantiene contacto con su hijo vía telefónica y por mail, y que espera poder conocerlo ahora que cumplió la mayoría de edad.
Torres se convirtió en este tiempo en una militante de causas similares: integra la organización Padres en Alerta y colabora en casos de trata de personas. Admite que, en general, la sociedad fueguina le dio la espalda y que por eso tuvo que continuar su lucha fuera de la provincia. “Aquí me decían la loca”, reconoció en Radio Nacional.
Desde que el caso volvió a salir a la luz, la mujer denuncia que la amenazan: “recibí una llamada donde me decían que era una buchona, que me calle, y que a mi hijo no lo iba a ver más. También me bloquearon la cuenta de Facebook”.

Testigo calificada

La gobernadora Fabiana Ríos se involucró personal e institucionalmente en el caso. En declaraciones a la prensa, sostuvo que conoce a la madre desde hace más de 20 años, porque compraba remedios en la farmacia del Instituto donde ella trabajaba.
“A lo largo de todo su embarazo concurrió a la farmacia. Atendí a Alba Torres hasta la última receta de su vitamina que consumía estando embarazada. Y me acuerdo de la receta que vino a buscar su esposo cuando nos contó que había tenido su bebé”, relató la mandataria.
También dijo que el de Alba “es un caso paradigmático como lo es la madre de Sofía, y otras mamás que pasan la vida reclamando la verdad y la justicia, que es el derecho mínimo que no asisten. Creo que Alba tiene ese derecho y que ha peleado una vida por esto y merece saber la verdad”.

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