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lorentina, como se la conocía, fue una ferviente radical, maestra, abogada y, sobre todo, mujer que llegó a transformar mucho de la política en la Argentina. Hoy, 14 de febrero, cumpliría 100 años, aunque hace poco más de un año falleció.
“Soy tan radical como feminista, las dos cosas van de la mano”, se define Florentina, una mujer luchadora de décadas por las causas de la igualdad y la democracia. La dama filosa y frontal.
Con 63 años de afiliada a la UCR y ocho de diputada nacional (1983–1991), esta maestra y abogada dejó su marca en dos leyes que depositaron a la Argentina en la modernidad: el divorcio vincular y la patria potestad compartida. Esmirriada, lúcida, pasa de la nostalgia al futuro con asombrosa facilidad.
Desde el bloque de Legisladores de la Unión Cívica Radical, recordó el legado que lleva cada uno de los que integran la familia radical.
Florentina había nacido en Olavarría el 14 de febrero de 1912 y se recibió de abogada en la Universidad Nacional de La Plata en 1945, un año antes de afiliarse a la UCR.
En 1983 fue electa diputada nacional y extendió su mandato hasta 1991, durante el cual presentó más de 150 proyectos, varios de ellos muy trascendentes, como la autoridad compartida de los padres, el divorcio vincular, la pensión para el viudo y para el cónyuge divorciado, además de igualdad entre los hijos matrimoniales y extramatrimoniales.
“Cuando alguien me pide que me defina siempre digo que soy maestra por vocación, abogada por elección y política por pasión. Y de las tres actividades la que más me ha servido en la vida fue la de maestra, aun en mi profesión de abogada”, dijo en una oportunidad la militante, que siempre se destacó como una luchadora por los derechos de la mujer.
Reconocida, entre otras luchas, por lograr para la mujer una mejor posición en la sociedad, dijo: “Prefiero un estadista a un líder. El estadista deja alumnos; el líder, no, porque ese atributo es natural de él, no lo adquirió”.
