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Adrián de Antueno
Resulta una perogrullada decir que la situación de YPF es el tema del momento y que obligadamente, ocupará por un tiempo la primera plana de los medios de comunicación. Ocurre que la intervención de la empresa petrolera nacional, que nunca debió ser privatizada, constituye una apuesta muy fuerte, en su expresión semántica más acabada y sus repercusiones trascienden en todo el mundo... Pero se viven en Argentina.
No obstante la introducción, que da para hablar y mucho, no es el móvil de análisis en esta ocasión, ni tampoco sus implicancias jurídicas, políticas y económicas a nivel nacional e internacional.
Las razones que me impulsan a expresarme en esta oportunidad, son las derivaciones políticas y sobre todo institucionales que surgen a mi modo de ver y apreciar, por el actuar improvisado cuando no compulsivo, en esferas del Gobierno local.
Entre ellas, una de gran relevancia en la etapa que se avecina, es la designación del Sr. Roberto Croccianelli como delegado provincial de la intervención en la Sociedad Anónima recientemente expropiada.
Al respecto, rápidamente aclaro que no dudo de su integridad para cumplir acabadamente con tal función, pero sí considero necesario resaltar la inconstitucionalidad del nombramiento.
Sin entrar en mayores disquisiciones legales y jurídicas, sólo apelando al sentido común, salta a la vista que se lesiona la separación de los poderes republicanos y se enerva la figura institucional del ahora delegado.
El Sr. Croccianelli no es un ministro designado por Fabiana Ríos, o sólo un hombre de su confianza, de su partido, de su ideología o con demostrada capacidad a lo largo de su trayectoria, como se ha dicho y mucho menos su delegado.
Es el Presidente de la Legislatura!
Es el Vicegobernador de la Provincia!
Es un funcionario de la Constitución! electo, con atribuciones, incompatibilidades, deberes, e inhabilidades expresamente mencionadas en el articulado de la misma, es decir con responsabilidades, al más alto nivel político provincial, excluyentes de otras.
Cómo pudo ocurrir tal equívoco formal, es la preocupación.
Advertir públicamente el error y propiciar su enmienda, aunque tarde, es mi intención.
