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urante los primeros días del mes de mayo se llevó a cabo en instalaciones del CADIC una reunión de bienvenida a nuevos profesionales. La apertura estuvo a cargo del director, doctor Jorge Rabassa, quien dirigiéndose a los becarios, se refirió a los desafíos que les esperan en esta etapa inicial, alentando la preparación de la tesis doctoral que constituye el objetivo de la beca, llevando a cabo su primer trabajo de investigación científica.
Asimismo, Rabassa destacó el compromiso del CONICET en sostener económicamente ese trabajo aunque añadió que “el mejor desempeño a lo largo de los años de beca, será un argumento para fundamentar el ingreso a la carrera científica, aunque no todos quienes culminen su doctorado llegarán a ingresar a la carrera del investigador. Es una realidad que aqueja al sistema pero es importante de destacar en este momento”.
Si bien el sistema científico argentino concentrado en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas viene creciendo sostenidamente en los últimos años, cuadruplicando el número de becarios desde 2004, también es cierto que no todos quienes logran alcanzar la meta de finalizar y aprobar su tesis doctoral, son admitidos a ingresar en la siguiente etapa, denominada beca posdoctoral y posteriormente acceder a la Carrera de Investigador Científico. La causa principal de esta realidad está ligada a la imposibilidad de que todos los ingresantes alcancen la máxima jerarquía en la carrera del investigador, la cual se ha ampliado también en los últimos ocho años, pero, obviamente, no en la misma proporción que en el caso de becarios.
Los becarios son jóvenes profesionales que postularon ante CONICET para llevar a cabo su tesis doctoral a lo largo de los próximos años, fueron evaluados y seleccionados para ser incorporados a la institución. Su solicitud fue acompañada de un proyecto de investigación, avalado por un equipo de dirección conformado por dos investigadores de trayectoria en la temática que son quienes acompañarán al “doctorando” – becario que está elaborando su tesis doctoral – durante este proceso que demandará un gran esfuerzo y constituirá un paso fundamental en su carrera profesional y, en la mayoría de los casos, en su vida personal.
Esta incorporación de becarios por parte del CONICET tiene lugar anualmente en todos los Centros de Ciencia y Tecnología y otros institutos dedicados a la investigación y en algunos casos, además, en Universidades Nacionales y otras entidades generadoras de conocimiento.
En el caso del presente año, se han incorporado al CADIC doce profesionales, algunos de los cuales son fueguinos y otros proceden de otras ciudades argentinas. Se han graduado en distintas carreras a lo largo y ancho del país: Biología, Geología, Geografía, Antropología y por primera vez en este centro, Relaciones Internacionales.
La mayoría de las líneas de investigación que se desarrollan actualmente en el centro han incorporado uno o dos becarios. En el equipo dedicado a Ecología, Fisiología y Evolución se incorporaron tres licenciados en Biología: Adriana Milena Cruz, Facundo Llompart y Amanda Villatarco Vázquez; en el grupo de Recursos Forestales se incorporaron la Licenciada en Biología Luciana Mestre y el doctor en Relaciones Internacionales Cristian Lorenzo, en el Laboratorio de Geomorfología del Cuaternario hizo lo propio el licenciado Lucas Oliva; en el grupo dedicado a la Valoración del paisaje se integró el licenciado Diego Quiroga. En tanto que la licenciada María Eugenia Raffi fue incorporada al equipo que lleva a cabo investigaciones sobre Geología Andina, la Licenciada María Natalia Paso Viola, se unirá al Laboratorio de Ecología y conservación de fauna; y el área de Antropología recibió a los antropólogos, licenciados Lucas Turnes y María Celina Soncini.
