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ientras gran parte de la sociedad ushuaiense se compromete con el reciclado de los residuos domiciliarios, depositando por separado en las puertas de los supermercados y en diferentes puntos de la ciudad, botellas de vidrio, de plástico y neumáticos de automóviles en desuso, el Municipio, responsable del programa Ushuaia Recicla, merced al erróneo accionar de algún miembro, tira por la borda una de las acciones colectivas más importantes que nuclea a jóvenes y adultos de todas las clases sociales, que se sumaron al proyecto institucional que planteó lograr que la ciudad modifique las conductas respecto al destino final de la basura y a mejorar la calidad del medio ambiente urbano.
Las pruebas son contundentes y no dan pié a dobles interpretaciones o a errores de análisis. Una serie de videos entregados este domingo en la redacción de EDFM, muestran y demuestran como en el predio que posee el Municipio en el barrio La Cantera, una máquina topadora de color amarillo con ruedas de oruga, va arrastrando y enterrando miles de botellas de vidrios que fueron entregadas por los vecinos para ser trituradas, de manera conjunta a neumáticos, plásticos, cartones y restos de escombros de obra.
La acción no tiene justificativos. Primero, porque que se ejecutó dentro de un inmueble cuyo manejo está en manos de la Subsecretaria de Servicios Públicos; segundo porque el área es una de las responsables de garantizar el cumplimiento del Programa y tercero, porque fue necesaria la denuncia de los vecinos para que el Municipio posteriormente plantee elevar los niveles de control de este Programa creado por la actual gestión.
Sin haberse tomarse el trabajo de quitar las botellas de vidrio que se encontraban en los grandes bolsones de plástico en las que fueron depositadas por los vecinos, y posteriormente trasladadas a Servicios Públicos donde deberían haberse triturado para darle nueva utilidad de la manera que oficialmente fue publicitado, los videos registran una acción desaprensiva e irresponsable de quien conduce la máquina y mayormente de quien dio la orden, al enterrar sin mayor miramiento, las botellas, los bolsones blancos y los neumáticos.
La acción detectada y filmada por vecinos de nuestra ciudad no difiere en mucho a la contaminación generada por particulares, como el matarife Arturo Pastoriza, quien a través de acumular basura, chatarra, escombros y ripio fue ganándole más de dos hectáreas a la costa del Beagle. O a lo realizado por el grupo empresario Newsan, que deshaciéndose de restos de obra modificó un sector de playa, o lo que de manera sistemática EDFM ha venido denunciando sobre la conducta de propietario e inquilinos del predio de Reciclar.
La diferencia de esta situación radica en que, junto a las botellas y los neumáticos que se fueron cubriendo con toneladas de tierra, también se destruye parte de una acción colectiva de construir una ciudad que esté en armonía con el entorno natural, que vaya modificando conductas y que garantice un futuro con mayor calidad ambiental a la existente.
