A 162 años de la muerte del padre de la Patria

El cruce de los Andes y la independencia de Chile

16/08/2012
E
scribe José Luis Fernández *

Los primeros días de enero de 1817 San Martín reunió a los jefes para informarles el plan de acción. El grueso del ejército caería en las puertas de Santiago por el camino más corto, mientras tanto se enviaría pequeños contingentes: dos por el norte y dos por el sur para distraer la atención de los realistas. El grueso del ejército al mando del general San Martín tomó la ruta llamada corrientemente Paso de Los Patos. El cuerpo estaba formado por la vanguardia al mando del brigadier mayor Estanislao Soler, la reserva estaba al mando del brigadier Bernardo O'Higgins, la escolta de granaderos al mando del alférez Mariano Necochea y la retaguardia al mando del teniente coronel Pedro Regalado de la Plaza, que conducía la maestranza del ejército.
El avance por el Paso de Uspallata y el valle del Río Mendoza, se inició el 18 de enero de 1817, conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso paso de Los Patos. Otra columna, partió el 19 de enero de 1817 al mando del Capitán Fray Luis Beltrán al frente de la Maestranza y el parque que portaba los pertrechos de guerra, subió por la Quebrada del Toro y se dirigió hacia Uspallata, a través de Paramillos de Uspallata para reunirse con la columna principal del General Gregorio de Las Heras.
Luego de agrupar al ejército al pie de la cuesta de Chacabuco, San Martin procedió a comunicar los nuevos planes a los oficiales. Contaba con las noticias de los espías y agentes enviados a Santiago, que le permitían conocer los movimientos de las tropas realistas.
El 12 de febrero de 1817, en la Batalla de Chacabuco el ejército independentista se enfrentó a los realistas, comandado por Rafael Maroto. El Libertador concibe como un envolvimiento en el que las tropas de Soler, marchando por el Camino de la Cuesta Vieja, debían atacar al enemigo por la retaguardia. O´Higgins con la infantería debía aferrar al enemigo, es decir evitar que pudiera dar vuelta y enfrentar a Soler. Su valor lo lleva a realizar dos ataques consecutivos, que fueron rechazados y causaron gran cantidad de bajas en la infantería. Al mismo tiempo había utilizado a los escuadrones de granaderos a las órdenes en un lugar poco propicio para ellos por lo que se reagruparon a retaguardia. San Martin, al ver la acción de O´Higgins se ponía en peligro la operación, ordena a Soler que apure la marcha, se pone a la cabeza de los granaderos y ordena una carga en apoyo de la infantería de O´Higgins. En ese mismo momento están encabezadas por los granaderos caen sobre la retaguardia enemiga, cede también al frente y se produce la derrota.
Luego del triunfo de Chacabuco, el Ejército de los Andes hizo su entrada triunfal en la ciudad de Santiago. El Cabildo convocado, al que concurrieron los vecinos más notables, proclamó como Director Supremo de Chile, pero éste se negó. Como San Martin renunció, la asamblea designo a Bernardo de O´Higgins para ocupar el cargo. El 12 de febrero de 1818, se proclamó la independencia de Chile.
Pero todavía quedaban fuerzas enemigas en el centro de Chile, las cuales se reforzaron desde el Virreinato de Perú, fue entonces cuando las tropas encabezadas por el general José Ordoñez sorprendieron en la noche oscura las fuerzas patrióticas, en la Batalla de Cancha Rayada (19 de marzo de 1818), en plena incertidumbre muchos lucharon para salvarse y lo que lograron escapar se dirigieron a Santiago de Chile.
El Libertador reorganizó su ejército y el 5 de abril se enfrentó a las tropas de Osorio en la Batalla de Maipu. El ataque de las tropas de San Martín, que en la meseta de Lomas Blancas, se había dividido en dos sectores, se concentró en el flanco derecho del enemigo, con Las Heras al frente del operativo. En el sector izquierdo, bajo el mando de Rudecindo Alvarado, se efectuó un ataque secundario. Osorio trató de impedir con casi el total de sus hombres que cediera su ala derecha, lo que logró en un principio. Sin embargo, el sector izquierdo, que había quedado desprotegido, cayó ante las fuerzas patrióticas. El sector derecho del ejército criollo, fue robustecido empleando la reserva, que se había formado al mando del coronel Hilarión de La Quintana, logrando dispersar al enemigo, con un ataque en sentido oblicuo, encerrando a los españoles por ambos flancos, a lo que se adicionó un ataque por el frente. Ordóñez acumuló sus fuerzas en la retaguardia, pero fue aniquilado por las fuerzas conjuntas de Las Heras y Balcarce. Osorio, con sólo 600 efectivos sobrevivientes huyó rumbo al sur.
A principios de 1820, cuando estalló las guerras intestinales en las Provincias Unidas, San Martin recibió la orden de volver con su ejército a Buenos Aires. No obedeció y prefirió continuar con su proyecto a escala continental (1).
El Libertador renuncia al mando del Ejército, mediante una carta que le envía a Las Heras y pide que lea delante de los oficiales que se encuentran reunidos en Rancagua. En ella expresa que habiendo desaparecido la autoridad que lo nombro no puede seguir conduciendo el Ejército de los Andes, sus oficiales por unanimidad de voto que siga al frente pues los objetivos no se han modificado.

* José Luis Fernández es Profesor de Historia, posee un postítulo de “Historia Política de América Latina” y un posgrado sobre “La investigación en Historia Reciente: desafíos conceptuales y disciplinares para su abordaje (perspectivas historiográficas, sociopolítica y cultural)”. CAICYT.CONICET. Obtuvo también, una Mención Nacional de la Secretaria de Cultura de la Nación y del Instituto Nacional Sanmartiniano.

(1) Luna, Félix, “La independencia argentina y americana (1808– 1824)”. Buenos Aires, La Nación, 2003.P. 113.


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